sábado, 12 de julio de 2014

“El lugar de la psicología en una sociedad que enfrenta grandes desafíos”

Por: Silvia Salinas Mejía

“El lugar de la psicología en una sociedad que enfrenta grandes desafíos”
Dr. Jorge Bruce

El día jueves 19 de junio del año 2014, en el auditorio Héctor Acuña, se llevó a cabo la conferencia denominada “El lugar de la psicología en una sociedad que enfrenta grandes desafíos”, cuya ponencia estuvo a cargo del Psicólogo Psicoanalista Jorge Bruce.
Como un breve introductorio, nuestro fundador el Dr. Cesar Acuña Peral, nos dio un emotivo mensaje, contándonos a su vez, su experiencia de triunfo y su vida de campesino que no lo amedrento para conseguir lo que ahora tiene, llevándolo a recalcar: “En la vida hay dificultades.”
Como plato de fondo ingreso el Dr. Jorge Bruce. ¿Cuáles son los grandes desafíos que enfrenta la psicología en la sociedad actual? Como temas relevantes de su ponencia nos habló de: racismo, la influencia de la publicidad y el alineamiento del peruano. Contándonos algunas de sus experiencias, las cuales también están plasmadas en el presente ensayo.
Su forma de hablar, ese toque realista con una sutileza de picardía logró que su ponencia no sea aburrida, y por lo contrario que sus oyentes generan preguntas importantes, y entre ellos mismos se den la aprobación de los mensajes a lo que oían.
Jorge Bruce nos comentó de algunas de sus obras como: “Sabes con quien estás hablando” “Nos habíamos choleado tanto” siendo estas obras un principio para su análisis sobre el racismo.
El ponente se quedó gratamente sorprendido por la precisión de las preguntas y la gama de importancia y sustentación de las mismas. Elogio a nuestra facultad, quedando nuestro decano, el Dr. Quijano, gratamente satisfecho.
Al final de su ponencia se dio unos presentes a nuestro amigo invitado y las fotos respectivas…. Ahora hablemos de su ponencia en sí.

“El racismo es una lacra social que se vive de forma personal”
(Jorge Bruce)

Quien no ha escuchado alguna vez decir: “cholo de m...” o “Jacinta” o a observado miradas de desprecio hacia personas provenientes de la sierra. Esto es muy común entre los ciudadanos hoy en día.  Es inconcebible la idea de una discriminación entre nosotros mismos, ya que no se tiene en cuenta la ley: “lo que no tienes de inga lo tienes de mandinga.”
Es cierto, la discriminación existe en nosotros. Es mentira que alguien te diga, “yo no discrimino”. Todos en algún momento lo han hecho. Si no es de forma directa, lo es de forma indirecta. Pues aunque no lo queramos reconocer, los patrones sociales respecto a la discriminación están muy demarcados. La discriminación  puede ser aprendida, incluso,  en un  simple paseo a la ciudad con nuestros padres, las palabras de “cholo o serrano” saltan a la luz, dándonos a pensar que es en la calle el mejor  ejemplo y, porque no, el escenario propicio para la discriminación.
El ponente nos remontó un poco en la historia. Sugiere que de la sociedad post-colonial se ha obtenido la herencia de los problemas que actual mente vivimos. ¿Cómo afirmar esto? Es en esta época donde se establecen las famosas jerarquías sociales. Donde el español colonizador se establece en la cúspide de la pirámide, mientras que el cholo nativo se hallaba en el base o mejor dicho en el subsuelo de dicha pirámide.
De esta pirámide, en comparación a la pirámide social actual, no hay tanta diferencia. Solo que ahora no hay un español blanco colonizador, sino es el mismo peruano que por poseer características físicas un tanto “refinadas” se cree superior a una persona campesina de campo que posee los rasgos oriundos de la tierra que lo vio nacer.
No existen las razas entre las personas. “Todos somos chuscos” somos producto de mezclas. La raza es asunto de animales. Es tonto clasificar a las personas por su color de piel, la tonalidad de sus ojos o el color de sus cabellos, pero lastimosamente esta clasificación se da, alejando o negando las oportunidades a las personas que no cumplen estos parámetros. Pues aquí no se mide la experiencia o inteligencia sino el verse “bonito” y presentar “una imagen adecuada.”
Otra característica de la etapa colonial, es lo considerado como “cholo barato” lo cual consistía en no invertir en la educación sino que basándose de su ignorancia, poder lograr una mayor explotación.  
La discriminación es una forma de agresividad que no solo se da de un individuo a otro, sino en colectivo. Un ejemplo claro y que fue todo un escándalo es el de los balnearios de “Ancón.”
“Los veraneantes fueron impedidos de acceder a algunas zonas de la playa del balneario de Ancón, este último fin de semana. Según una denuncia realizada por un conocido medio local, los vecinos del malecón habrían contratado a trabajadores para impedir el ingreso de otras personas al sector”. (Fuente: Diario “La Republica”)

Y no solo habían contratado personas para impedir su paso, sino también había puesta una soga para la distinción de territorio. Jorge Bruce nos comentó su experiencia respecto a este tema. “Yo tengo un amigo abogado, el cual fue a ver este problema sobre los balnearios de Ancón. Al hablar con uno de estos trabajadores, este le aseguro que la soga era para alejar a las personas ya que como llevaban comida ensuciaban y eso les era incomodo a los residentes. Entonces mi amigo pregunto ¿Por qué la soga llega hasta el mar? ¿Acaso las personas comen en el agua?”

Esto es algo que genera desconcierto. En un lugar absolutamente público y que se lleguen a etas alturas de atropello. Esto solamente nos confirma en el grado de ignorancia en el que vivimos. Una ignorancia que si bien es heredada, por todo eso de la época colonial, nosotros en la actualidad lo alimentamos más y más. Educamos a nuestros hijos en la discriminación, en la separatividad, en el que crean que existe una clase superior y otra inferior. Otro ejemplo de esto es el hijo de la actriz Celine Aguirre.
Miriam Rocío Gómez y Denis Morales fueron entrevistados en el programa de Carlos Carlín para dar su descargo sobre el incidente que protagonizaron junto al hijo de Celine Aguirre en el cine Movie Time de Megaplaza Villa el pasado lunes.  La pareja contó que cuando se encontraban en la sala de cine, el joven y su grupo de amigos no dejaban disfrutar la película al público pues el ruido que hacían era insoportable. 
“Les dije: Muchachos, por favor, estamos viendo una película. Compórtense. Me di la vuelta y gritaron: Serrano hijo de… Me di vuelta y me escupió en la cara. Yo estaba con una gaseosa en las manos y se la lancé”, dijo Denis, aclarando que no se dio cuenta que se trataba de un menor de edad. 
De otro lado, Miriam quedó indignada ante los insultos racistas con los que tildaron a su esposo. "Le dijo a mi esposo que era un serrano de porquería, hijo de... No sabes quién soy, te voy a denunciar. Me disgustó eso” 
Ante esta situación, ella respondió al hijo de Celine y éste la insultó. "Tú no te metas, chola. Cállate serrana. Mi reacción fue darle una cachetada porque realmente me faltó el respeto (...) Fue tan indignante. Jamás me había pasado que me falten el respeto de esa manera”, aseguró Miriam.” (Fuente: Diario “La Republica”)
Esta es una situación que muchas personas deben soportar y tolerar, pues muchos de estos insultos son por parte de personas “superiores” o que se encuentran en una situación donde posee “poder.”
¿Cómo enfrentar la discriminación? Jorge Bruce nos comentó una experiencia con su hijo. “Él me comento que hiendo una día a una discoteca con sus amigos, el de seguridad no dejo entrar a uno ellos. A lo que mi hijo respondió. El no entra yo tampoco. Ninguno del grupo de muchachos que fueron a la discoteca ingresó.”
Esto puede ser una buena respuesta, el tener una conciencia social y más que esto un apoyo por los demás. Es dar un respaldo a aquellos que son maltratados y son menos favorecidos por el simple hecho de no poseer las características físicas y sociales que cumplan el “perfil” adecuado.
Es la mejor repuesta SI pero no la decisiva, el cambiar este pensamiento que está dentro de cada uno de los que formamos la sociedad, es un arduo trabajo, aun, por seguir.

La publicidad y su relación con el racismo
El racismo es auspiciado por la publicidad que impone de forma violenta los cánones de belleza y de forma indirecta muestra la discriminación.
La publicidad es dominante y genera el modelo de “bonito.” Este modelo es el estereotipo que genera la categorización de las personas.
Quien no ha visto en las propagandas de Saga o Ripley mujeres hermosas pero con facciones que no son las nuestras.  Con cuerpos totalmente estéticos que no se asemejan a las de sus consumidoras. Estos mensajes subliminales son captados por la población más propensa que hay: Los niñ@s y adolescentes.
¿Esta publicidad es un factor perjudicial para la mentalidad de nuestra población más joven? La respuesta en un contundente sí. Nuestra población joven que aún está en la búsqueda de su identidad, al ver a estos personajes glamurosos, famosos y éxitosos, se hacen un estereotipo de cómo deben ser en realidad. Lo cual proyectándolo con su realidad, se dan contra la pared, pues no poseen esos rasgos generando en ell@s malestar y frustración, pues sus sueños se desvanecen antes sus ojos.
Las consecuencias de la publicidad es generar inseguridad y auto-discriminación.
Si pedimos una explicación a la publicidad de que porque preferir a mujeres con rasgos estereotipados de belleza a mujeres oriundas de nuestro país, la respuesta seria simple. Esas mujeres estereotipadas por la belleza artificial que manejan, venden.
Jorge Bruce nos comentó que le pregunto a un publicista ¿Por qué se debe que la publicidad es trabajada con personas extranjeras y no con personas oriundas? A lo que este le respondió con el termino de Publicidad Aspiracional.
La publicidad aspiracional es aquella “imposible “de alcanzar. En muchas de estas, no se muestra al verdadero peruano, se prefiere idealizar al extranjero o a la persona con rasgos “más bonitos” pero, ¿acaso más bonito quiere decir extranjero? Lo que hacen muchos publicistas es poner o hacer propagandas con modelos con características que no son las de un o una peruana porque creen que así va a vender más o se va a ver mejor la publicidad. 
No obstante, hemos visto que en los últimos años algunas marcas están creando una imagen más realista al sacar propagandas que muestran no solo al peruano como es con sus características físicas, sino también un entorno real. Así, la autoestima Nacional irá subiendo cada vez más y no tendremos por qué esconder lo que somos.

¿Qué podemos hacer para dejar de ser replicas?
El Perú es un país alienado del mundo. Lo que es tendencia en Europa, en un tiempo es tendencia aquí. Y no solo hablo de modas, somos una sociedad poco original en el campo académico, copiamos los centros intelectuales del mundo.
Dejamos de trabajar en lo aquí y nos ponemos a observa en lo que trabajan allá. ¿Cómo justificar esto? Es que porque pasa en ciudades ya desarrolladas, no hay forma en que sus consecuencias o las respuestas esperadas sean infalibles.
¿Qué podemos hacer para no ser replicas? Ser críticos y no conformarnos.
Este tema corrobora con el ya mencionado referente a la publicidad. Porque seguir los parámetros de otras comunidades teniendo a nuestro alcance toda una gama de variedades y exquisiteces, poseemos una gran variedad de no solo población sino de ambientes exóticos que cautivan a los ojos del mundo menos al de los peruanos.
Se dice que el Perú está en el centro de su apogeo, no puede ser de su economía y política, pero en la variedad cultural sí que lo está. Nuestra gastronomía es cotizada y envidiada por miles de lugares, nuestra diversidad natural es única en el mundo y poseemos una variedad de especies únicas en el mundo. Es hora de hacer valer lo nuestro. Nuestros orígenes.
Necesitamos que la gente trabaje sobre lo nuestro. Debemos dejar de lado nuestro peor enemigo: el “pero” que es la palabra clave para justificar la discriminación.
Siendo una nación con todas las mezclas, con todos los sabores y todos los colores, es absurdo que creamos en la discriminación. Pero lastimosamente se da. Nuestra lucha como psicólogos es transformar esto. ¿Cómo? Es el reto del mañana. Seamos originales, tenemos el poder de serlo. Tenemos las armas para serlo. Entonces ¿Por qué no lo hacemos? Porque tememos a las respuestas, tememos a arriesgarnos. Es momento que cobremos valor. Que en vez de spot publicitarios con mujeres altas, rubias, delgadas y blancas veamos  mujeres trigueñas, negras, con un cuerpo curvilíneo y proporcionado.
Si vencemos estos estándares de belleza que por largos tiempos han reinado, daremos un gran paso. Dejaremos de lado esas ideas ya gastadas del primer mundo y empecemos a crear una identidad a prueba de balas.
Lo que pienso queda es mi utopía, espero algún día se torne en realidad. No por mi bien, ni por los que me siguen. Sino por una identidad colectiva, donde los menos favorecidos no sean víctimas de palabras bruscas y ofensivas, donde una mujer que camine con llanques y polleras no sea mal vista ni mucho menos tratada con desprecio, ni en que en el mundo de las oportunidades sea sobajada a labores bajo su potencial a dar.
El cambio queda en nuestras manos, formemos un clima que nos mantenga unidos y no separados por una tonta pirámide social, que si bien es cierto hemos heredado, HOY tenemos la posibilidad de desbaratar esa herencia, que más que un bien genera un mal social.


AMOR POS MODERNO

AMOR POS-MODERNO EN LAS MUJERES

El mundo no para de evolucionar. La tecnología no deja de avanzar. Y lo sentimientos… bueno los sentimientos se quedan como sentimientos.

Si me dieran a escoger alguno, escogería al  amor que es esa magia que nos hace enloquecer por la persona que despierta en nosotros nuevas sensaciones. ¿Qué daño podría ocasionarnos el amar? Eso lo averiguaremos a lo largos de estas hojas.

Todos nos referimos sobre el amor. Pero en verdad sabemos ¿qué es el amor? Pues es un sentimiento de intensa atracción emocional y sexual hacia una persona con la que se desea compartir una vida en común. Por lo visto nada fuera de la normalidad y de lo que todos entendemos como su significado. ¿Cuáles son los efectos del amor? Bueno pues el amor trae consigo: alegrías, recuerdos, caricias y… esos puntos suspensivos trazan una incógnita que muchas aun no logran descubrir o que otras tratan de ocultar.

Y una tercera pregunta sería ¿el amor es igualitario? La respuesta para algunos dolorosa es un NO. El amor no es igual para todos, y no lo digo porque las personas tienen distintas formas de percibir. Sino porque en donde hay una relación de hombre-mujer siempre habrá una cierta afinidad hacia un sexo dominante, en la mayoría de casos el beneficiario de estos ciertos privilegios es el varón, y no solo porque tiene a sus espaldas una sociedad patriarcal que lo ampara sino porque en muchos casos, la mujer es el que le da este cierto estatus.

El ensayo denominado: “Amor Posmoderno” no quiere ser un ensayo más del montón que hable sobre lo lindo que es el amor, ni como se aprecia por quienes están bajo su encanto. Este ensayo busca reflejar la otra cara del amor. Esta otra cara que si bien es cierto no tiene que ver con el sentimiento en sí, sino en quienes lo utilizan para fines, digamos, nada amorosos.

Este ensayo se ha propuesto hacer entender a la sociedad y en especial a las mujeres lectoras, que vivimos en un constante peligro, cada vez que se acepta la propuesta amorosa (y hablo de la propuesta para entablar una relación sentimental) por parte de un varón. Si bien es cierto que nunca se acaban de conocer por completo a las personas, también es cierto que hay ciertas actitudes que los delatan.

Tampoco es mi intención dejar malparados a los varones NO. También me toca decir que la mujer vive en una constante trampa. Trampa que pasa por inadvertida ya que nos ataca de forma indirecta. Esta trampa viene con el nombre de educación. Y no hablo de la educación de leer y escribir.  Hablo de  una educación sutil que se nos es transferida por herencia más que por decisión. Una educación que fija al amor como el centro de nuestro universo. Que nos prepara desde pequeñas para ser buenas hijas, buenas novias, buenas madres y buenas esposas.

Debo rescatar de este ensayo un amor que muy pocos lo conocen con su verdadero nombre, yo me incluyo entre ellos, hablo del amor romántico un amor que viene enraizado desde ya hace tiempo y el cual, como era de esperarse, no viene solo. Llega muy bien acompañado de mitos, mitos que lo refuerzan y hacen que la mujer no los reconozca y pasen por desapercibido pero trayendo consigo grandes connotaciones para la vida de quienes caen en su juego.

Zygmunt Bauman: “Es imposible aprender a amar, tal como no se puede aprender a morir. Y nadie puede aprender el elusivo -el inexistente aunque intensamente deseado- arte de no caer en sus garras, de mantenerse fuera de su alcance. Cuando llegue el momento, el amor y la muerte caerán sobre nosotros, a pesar de que no tenemos ni un indicio de cuándo llegará ese momento. Sea cuando fuere, nos tomarán desprevenidos.”

El amor es algo impredecible. Podemos ponernos en “vacaciones de amor.” Pero nunca huir de él. El amor es una experiencia constante.

¿Podremos categorizarlo?

Considero que sí. Anthony Giddens nos muestra en su libro: “La transformación de la intimidad. Sexualidad, amor y erotismo en las sociedades modernas” tres tipos de amor, que considero toda persona lo ha vivenciado, y si aún no lo hace, créanme están muy cerca de hacerlo.

Empecemos con…

“El amor romántico. Es  un amor feminizado. El fomento del amor se hizo predominante en la mujer. Implica una atracción instantánea: “amor a primera vista.” Es más específico de una cultura. Se proyecta en dos sentidos: idealiza al otro y proyecta el curso de procesos futuros. El amor romántico es un amor sexual, que busca una Satisfacción  y una felicidad plena. Las ideas del amor romántico estaban unidas a la subordinación de las mujeres al hogar y con su relativa separación del mundo exterior.”
El amor romántico es el típico amor de los cuentos de hadas. Donde ingresan un sinfín de mitos como “el de la media naranja” o “el del complemento perfecto”. Chicas recuerden, cada una es una naranja salvaje con buena pepa y pulpa. Nadie necesita de un complemento perfecto. Todos podemos valernos por sí mismos, todas somos completas y autosuficientes. El amor romántico es la típica ceguera que viene tras la elección de la pareja. Si bien es cierto que el amor romántico proporciona una libertad de elección, también es cierto que nos ata a una persona, nos hace dependiente de él o ella por los mismos mitos que ya hemos mencionados -y en las siguientes líneas se tomaran más a fondo.-
“El amor apasionado, es desorganizado, con un sentido similar al carisma; desarraiga al individuo de lo mundano y genera sacrificios. Es un fenómeno más o menos universal. El “amor pasional” siempre ha sido liberador, pero solo en el sentido de generar una ruptura con la rutina y el deber. Brindaba libertad y autorrealización.”
El amor pasional o como lo denomino yo “el amor de los amantes” lo catalogo como un des-estresor de las rutinas diarias. No un amor duradero. Es un amor que te hace llegar al clímax de la plenitud y gozo pero que no lleva consigo ningún tipo de formalidad o responsabilidad. Es una elección pasajera que no es nada conveniente para las personas que idealizan a sus amores perdurables.  Este tipo de amor se da con acuerdos, aunque los hombres salgan mucho más ventajoso que las mujeres, pues ellos solo van a la acción, a la satisfacción que trae consigo el placer, mientras que las mujeres elaboran en su mente todo un mundo de fantasías y planes a futuro.
“El amor confluente presume la igualdad en el dar y recibir emocional; es el “abrirse uno a otro”.  Choca con las expresiones de “para siempre” típicos del amor romántico. El amor confluente introduce el ars erótica en el núcleo de la relación conyugal y logra la meta de la realización de un placer sexual reciproco (La relación se consolida o disuelve) El amor confluente no es monógamo ni mucho menos pide una exclusividad sexual. El amor confluente no tiene una relación específica con la heterosexualidad, mientras que el amor romántico se ha orientado específicamente hacia la pareja heterosexual.”
El amor confluente, a mi opinión, es el más adecuado, pero el menos practicado hoy en día. Busca una igualdad entre los dos amantes o los dos cónyuges. TU GOZAS YO GOZO esa es la idea. Aquí desbarata las ideas de un amor romántico que aprisiona y un amor pasional que desiguala. Y por ende no cierra las puertas a aquellas parejas que no pertenecen al gremio hombre – mujer.

¿Existe una educación para amar?
Nuestra amiga, Marcela Lagarde nos dice: “Las mujeres hemos sido configuradas socialmente para el amor, hemos sido construidas por una cultura que coloca el amor en el centro de nuestra identidad. Amar es el principal deber de las mujeres. Esto es un mandato cultural, no una opción no por voluntad, sino por ser nuestro deber cultural.”

Es nuestro deber cultural aprender a amar y propagar por los poros amor. ¿Nosotras escogemos eso? NO. ¿Por qué entonces se nos obliga educarnos en el amor? Porque somos el sexo maternal, porque somos las únicas capaces de expresar cariño y ternura. Porque simplemente  somos mujeres y por ser catalogadas como el sexo débil debemos aprender a amar. ¿Porque los hombres no manifiestan estas conductas? Porque ellos son machos, fuertes y hábiles. Ellos no necesitan de esas expresiones para sobresalir o ser tomados en cuenta en el mundo.

“Giramos en torno al amor, somos seres para el amor.” Amar es nuestro objetivo esencial en la vida. Al igual que casarnos y tener hijos y ser buena esposas y amas de casa, claro no dejando de lado nuestro labor fundamental de ser madre. ¿Porque el término “Mujer” solo se resume en eso? Porque desde niñas nos enseñan a ser modositas, tiernas, frágiles y sumisas o tranquilitas como dirían nuestras abuelitas. Porque no podemos apartarnos de esta imagen. Porque no podemos formarnos en independencia de todo varón. Porque justamente tenemos que sentarnos a esperar a que nos rescaten. ¿Porque no nos podemos rescatar nosotras mismas? ¿Acaso no poseemos las armas? Si las poseemos. ¿Porque no las utilizamos? No sabemos cómo utilizarlas. Parecemos una mercancía valiosa para nuestras familias que nos cuidan con una urna de cristal pues somos su honra y “nadie nos debe hacer gozar antes de tiempo.”

¿Los medios de comunicación aportan a esta “educación en el amor”?

Claro que aportan. En gran medida son los causantes de que creamos en el amor. Pero hablo de un amor romántico, el amor que esperamos sea “para toda la vida.”

Desde muy pequeñas nos han metido la idea en la cabeza de que tenemos que esperar a un príncipe azul, que llegue en su blanco corcel, desafié a la maldad que hay en nuestro alrededor, suba una gran muralla y rompa con un beso el hechizo que nos tienen cautivas (fragmentos extraídos de los cuentos de Disney).
Un ejemplo claro esta cuando peleamos con nuestros padres. Pensamos irremediablemente que “pronto llegara ese príncipe que nos salvara y viviremos felices por siempre” creemos que la maldad es igual a nuestros padres y nuestra salvación es igual a nuestra pareja. Grave error. Fantasear en la vida real es un acto muy peligroso, que no nos hace reaccionar ante lo que realmente sucede y simplemente maquillamos aquello que nos incomoda.
Por otro lado, dejando de lado las hadas y duendes, nos sumergimos en el mundo de los lobos y vampiros no dejando de lado, por supuesto, el guapo y fortachón motociclista. Me refiero a las famosas sagas de “Crepúsculo” y “Tres metros sobre el cielo” que muestran a unos chicos más avezados, que adoran el peligro y que a comparación de los cuentos de hadas, donde eran simples dibujos, estos personajes son de carne y hueso, lo que aumenta aún más las fantasías de miles de jovencitas que piensan que sus chicos malos soñados si existen y solo está en esperar o en encontrarlos.

A este punto quería llegar. Las historias “románticas” en las que amor-miedo y sufrimiento van de la mano, son las que nos venden el cine y la literatura. Los finales felices son planteados, pero acaso ¿eso se asemeja a la realidad?

Estas películas tienen un sinfín de mitos románticos que son interiorizados por sus fanáticas no dándose cuenta – estas ultimas- que se adiestran en el arte de amar.

Los mitos que más se enfatizan son: “El amor todo lo puede” “Falacia de cambio por amor” “Creencia en que los polos opuestos se atraen y entienden mejor” “Mito de la compatibilidad del amor y el maltrato (o como se diría en versión peruana: amor serrano)” “Creencia en que el amor “verdadero” lo perdona/aguanta todo” “Mito de la complementariedad” “Creencia en que sólo hay un amor “verdadero” en la vida”

Aunque cueste mucho creerlo, las mujeres vivimos de estos mitos. Los hacemos nuestros como si fuera una norma fundamental para nosotras. Son “Las reglas rosadas” si es que me pidieran una denominación exacta.

¿Ser “seres del amor” nos da una desventaja a nivel social y familiar?

Por supuesto. Nos hace caer en una serie desventajas y desigualdades. Podemos ser grandes intelectuales e incluso grandes pensadoras, pero en el aspecto amoroso padecemos de una ceguera de género que perpetua en nuestro comportamiento y aporta a nuestra sumisión.

Al comentar esto con algunas conocidas, ellas me dicen “Estaré loca si me dejo mandar por él” “No mi reina, conmigo te equivocas, me conoces como soy. Poseo un carácter muy fuerte que mejor pobrecito él (risas).” Pero al verlos juntos, la realidad cambia y sí que cambia. De la mujer decidida no quedan ni las palabras que utilizo. Si el novio le dice ven aquí, ella va. El la jalonea y ella solo atina a reír. Donde quedo lo conversado. Acaso fue “lo que el viento se llevó.” Hablar es muy fácil, aplicarlo es un reto.

La pregunta sería ¿Cuándo ella cambió? La respuesta seria: “ella cambio por amor”. ¿Por amor o por no molestar al otro? Las pone en un estado de dependencia total. Y eso lo confirmaremos aún más con el fragmento de Pearl S. Buck, en su obra: “Viento del este, Viento del oeste”
“He perdido la noción del tiempo; únicamente sé que ya no estoy sola, que allí donde está él está mi hogar. He olvidado la casa de mi madre. Durante el día, en el transcurso de las horas en que mi marido está ausente, no hago más que pensar en sus palabras. Recuerdo sus ojos, su rostro, la curva de sus labios, el ligero contacto de su mano en la mía cuando, juntos, volvemos las páginas del libro abierto en la mesa ante la cual nos sentamos. Por las noches, cuando estamos solos, le miro de soslayo, ansiosa de aprovechar las lecciones que me da con ayuda del libro. No hago más que pensar en él. Estoy ebria de él, exactamente como lo que ocurre en primavera, cuando el río invade los canales resecos por el invierno y divaga por la tierra, llevando a todos lados los gérmenes de vida y de frutos”.

La Mujer se vuelve un ser codependiente que busca  encontrar su identidad a través de las acciones o necesidades de los demás, en este caso su esposo. Perdemos todo dominio sobre nosotras y se lo transferimos a la pareja. Y aquí se vuelve a recalcar: “educadas para el amor, no como decisión sino como constructo social.”
Pero existen algunos casos, donde la mujer siendo víctima de abusos y atropellos siguen con su pareja porque ellas acatan su ley: “Yo no quiero que tú me quieras porque yo te quiero a ti, queriéndome  o sin quererme, yo te quiero porque sí.” Están tan evocadas con este constructo social que poco o nada les importa ser las víctimas, con tal de no perder a ese hombre que significa todo para ellas. Lo soportan todo y perdonan todo. Es lo que lleva a pensar. Que tienen un temor incluso mayor que a la muerte. “Es el temor de quedarse solas.” Si se quedan solas y pierden al único verdadero amor de sus vidas ¿Qué pueden hacer con todo el “amor” que hay en ellas? Es entonces es que me temo a pensar que “morirán de amor.”

¿Recorremos los pasillos de la unión: mujer - amor?
Es momento de empezar un pequeño recorrido sobre el aspecto: Amor- Mujer –Posesión
La colonización en el amor es cuando una persona, tu pareja, ejerce poder de dominación sobre tu persona. Si yo no soy libre, tu tampoco. Si yo soy invadido, tú serás invadida por mí.

“En la época de la burguesía, el amor burgués configuro a las mujeres como auténticas pobres. Pobres pobres pobres. Dependientes sexuales, afectivas, económicas, jurídicas y políticamente de los hombres. Esto consiguió que las mujeres vivieran para conseguir su amor duradero, un marido que las subordine, y les del amor tan anhelado y buscado por ellas.”
La mujer al casarse, porque en esta época solo se mantenían relaciones bajo el contrato social del matrimonio, perdía todo derecho sobre sí misma. Sobre su cuerpo y su identidad. Su vida entera consistía en satisfacer a su cónyuge. La mujer toma el lugar de “madresposa.”

En una sociedad donde las virtudes iban delante de todo, las mujeres eran educadas con prohibiciones, con tabúes, con pecados sexuales, no obstante tenían que aprender a satisfacer necesidades sexuales. Es una traducción de ser “damas en la calle y putas en la cama.”

Ser esposa implicaba utilizar un disfraz pues su real puesto era la sirvienta de la casa. Pero no una sirvienta ordinaria. Sino una sirvienta que tenía solo algunos privilegios. Es por ello que se le llenaba de joyas y perfumes, ese era su pago. Ostentar ante la sociedad ser una verdadera señora y llegar a casa y demostrarle a su marido que ella era su verdadera propiedad.

“En la era victoriana, todo cambia. Las mujeres eran puras si es que no gozaban en la intimidad y si siempre se mantenían embarazadas, pues eso disminuía las probabilidades de infidelidad y que utilice su cuerpo con otra persona que no sea su esposo.”

En esta época, los comentarios referentes a la pureza de la mujer eran aún más conservadoras. Es aquí donde toma poder la frase “mujer de bien.” Pues la “mujer de bien” era aquella que no tenía intento alguno de vivir su sexualidad. Solo era un instrumento de satisfacción para el hombre. Aquí la belleza y el respeto hacia la mujer se daban con la cantidad de veces en que esta era convertida en madre. Es decir los embarazos significaban dos cosas. Uno, la mujer cumple su rol de procreadora, por lo cual es una buena esposa. Dos, no puede serle infiel al marido y tampoco ser foco de la atención popular, pues el cuerpo de una embarazada inspira respeto más que atracción y deseo por otros que no sean el marido.

En respuestas a estas eras, es que nace el amor romántico (el cual muestra una nueva forma de amar. Donde uno puede elegir a su pareja y pueden mantener una relación pasional, fuera de las ataduras del matrimonio) y el amor libre (que nos da tanto libertad sexual como amorosa. Su iniciadora fue Virginia Woolf4, la cual ejercía la igualdad en la relación de pareja con su esposo –uno de los ejemplos más notables5-)

¿Quiénes más están implicados en el amor?
Si hablamos de una pareja: hombre –mujer, ¿Quién más podría estar implicado en la relación? Pues si estás pensando en los hijos, estas en lo correcto. Los hijos son la otra figura importante en una relación, pues en ellos es en donde se ven los “efectos” del amor que viven los padres.
Pero si en esta relación no se ven muestras de amor, sino todo lo contrario muestras de un amor-odio. ¿Qué sucede en estos niños? ¿Adoptan las mismas posiciones de Mamá y Papá? ¿Cómo los podríamos llamar: niños propensos a violencia, niños maltratados, niños sufridos?

A continuación se dará una breve explicación de los efectos de estas relaciones riesgosas para los hijos, con la ayuda de Marisa Soleto Avila en su obra denominada: “Coeducación y Mitos del amor romántico.”

“Se les consideran menores expuestas/os a violencia de género en su ámbito familiar a todas las hijas e hijos que viven en un hogar donde su padre o la pareja de su madre es violento contra la mujer” (Pâquet-Deehy, 2004)

Estas/os menores viven inmersas/os en estructuras familiares basadas en el “dispoder”, donde el varón, por el mero hecho de serlo, ejerce la autoridad y el dominio y coloca en situación de sumisión y obediencia a la figura materna.

Diversos estudios han hallado un impacto diferencial en función del género de modo que los varones presentan con más frecuencia conductas agresivas y antisociales, que se corresponderían con el patrón de patología más externa o “externalizada”, mientras que las niñas muestran más alteraciones emocionales relacionadas con tristeza, quejas somáticas o conductas de inhibición y miedo, lo que se relaciona con una patología de expresión más interna o “internalizada.”
Sarasúa et al., (1996), afirman que la tendencia observada es que los niños aprenden que la violencia es una estrategia eficaz de solución de problemas y que su manifestación asegura una posición de poder y privilegio dentro de la familia, mientras que las niñas aprenden a adoptar conductas de sumisión y obediencia.

Anthony Giddens, por su parte, nos muestra en su libro: “La transformación de la intimidad. Sexualidad, amor y erotismo en las sociedades modernas” a los denominados “Padres tóxicos” los cuales son  “emocionalmente inadecuados.” No están ahí para educar a sus hijos ni para protegerles, solamente han abdicado de sus responsabilidades.
Existen los agresores físicos y verbales. Algunos padres atacan a sus hijos con un sarcasmo más o menos continuo e insultos. La agresión física se desarrolla habitualmente mediante golpes, quemaduras, azotes, cortes, fracturas de huesos de cráneo, etc. El incesto ha venido a ser visto no solo como un deseo secreto, sino como una realidad que se produce en muchas familias.
En este tipo de relaciones, el amor se ha esfumado, solo queda la violencia la cual se evoca a cuerpos indefensos, pero al mismo tiempo y como lo hemos visto con Marisa Soleto Avila, construyen a los futuros víctimas y victimarios del mañana.

¿Cómo evitar se dominadas por el amor?

*Desenamorarnos* y con esto no digo huir del amor, porque lo vuelvo a reiterar, es algo imposible. Tenemos que tener algo en cuenta que, el enamorarnos no es espontaneo. Hay un  conjunto de procesos mentales y corporales en los que se magnifican unas cosas y minimizan otras. Por eso lo mejor que podría pasar es desenamorarnos, pues no se  ve  a la persona como es en realidad, sino como esperamos que sea y buscamos que sea y como nos han enseñado que sean.

Por ende el desenamorarnos implica quitar de nuestra mente la idealización del hombre perfecto, el que siempre hemos soñado. Vivimos en la realidad y esto no existe. Aceptar a la otra persona con todo y defectos, y mayor aun valorar sus defectos pues ello lo hacen más humano. Si vivimos de espejismos vivimos en un mundo irreal donde saldremos perdiendo tarde o temprano y el despertar puede tornarse en una terrible pesadilla.

*La independencia económica*. Ser dependientes económicamente de la pareja nos pone en una situación riesgosa.  Pero también se da la situación de quien ha sido independiente y deja de serlo al emparejarse, pierde entonces un pilar de auto-identidad y de autoestima.

La dependencia económica es una de las principales fuentes de opresión hacia la mujer. Si una mujer no posee una economía estable, se va dejar llevar por el varón que le presenta toda una gama de comodidades posibles. Esto empieza desde los simples enamorados. En las salidas es él quien va pagando todo y aunque esto no se vea para nada una amenaza hacia la integridad de la mujer, ¡LO ES! Pues el paga, el decide y la mujer por verse es desventaja solo tiende a aceptar incluso en contra de su voluntad.

Es como un depender de los padres, pero es muy distinto al trato de los padres. Tus padres te solventan económicamente porque te quieren y porque es su deber. Tu pareja te solventa económicamente porque te quiere, te quiere tener a su disposición. Son dos aspectos muy distintos, que muchas mujeres comenten el error de asemejarlos y tienden a correr el peligro de caer en las “garras del amor.”

Ahora otro tema muy parte son aquellas mujeres, que dependen por voluntad propia de un hombre. Ellas han sido educadas para ser mantenidas, desprestigiando la lucha de muchas mujeres que buscan una autonomía en una relación. (Por lo que cito a Simone de Beauvoir: “No se nace mujer: se llega a serlo”)

*Busquemos confianza y no incondicionalidad*. Busquemos una confianza que no se una ceguera mágica. Confiamos porque hacemos un pacto: Yo sé que espero de mí y que puedo esperar de ti. No nos dejemos engañar con cuentos absurdos, con simples promesas que son utilizadas solo para salirse de un conflicto sin cambiar ni mover nada y seguir haciendo lo mismo. El “pensamiento mágico de las mujeres” facilita la conducta abusiva. Recuérdenlo.

*La maternidad es un compromiso personal de vida entre nosotras y las criaturas*, los seres humanos más entrañables de este mundo. Queremos modificar la maternidad en cautiverio, la maternidad esclavizante, la maternidad en la que eres sierva de tus hij@s. El ser madre es una decisión no una obligación.

Con todo lo mencionado puedo decir y asegurarles que: las mujeres no tienen por qué ser víctimas del amor. Si viene es cierto que nos han adiestrados en el arte de amar, podemos hacer frente a esta situación por más difícil que parezca.

No anhelemos a alguien que nos recate, nosotras somos Mujeres, las que podemos recatarnos y a la vez rescatar. No iniciemos un juego que tiene olor a peligro. Si bien es real que el peligro es atrayente también es un riesgo, que sugiero no tomar.

Debemos aprender a alejarnos de la infantilización a la que por décadas hemos estado sometidas. Tampoco digo que nos neguemos el derecho a amar. Vivamos un amor confluente que, como ya he mencionado es un amor igualitario para ambos protagonistas.

Yo creo en el amor, creo que algún día encontrare a ese ser especial que no me ponga límites, que no se crea mi rescatador, que no crea poseer derecho alguno sobre mí. Yo quiero a alguien que comparta mis ideales, que me ayude a lograrlos, que sea una ayuda mutua sin desniveles ni desequilibrios.
¿Lo encontrare? ¡No sé! ¿Lo puedo buscar? ¡Capaz! Lo único que sé es que nada es seguro en este mundo, que el amor puede estar a la vuelta de la esquina, pero no confundamos nuestra mirada con ese arquetipo de amor idealizado desde niñas sino un amor que sea nuestro, que nos pertenezca y no busque que le pertenezcamos a él.