Monografía:
El
amor romántico en la mujer
Autoras
Castro
Montero Gabriela
Pinto
Aguilar Gabriela
Salinas
Mejía Silvia
Asesor:
Cárdenas
Lenin
Línea
de investigación:
Psicología
social
Trujillo- Perú
2013- 2
INDICE
- DEDICATORIA
- AGRADECIMIENTO
- INTRODUCCION 5
- Capítulo I 6
1.1 )
Evolución del amor romántico 6
1.2 )Definiciones
de amor romántico 12
1.3 ) Características
del amor romántico 13
1.4 ) Tipos
de amor romántico 14
1.5 ) Mitos
del amor romántico 15
1.6 ) Perfil de la mujer romántica 16
1.7 ) Celos y virginidad en el amor
romántico 17
2.
Capítulo II 19
2.1) La violencia de género y el amor
romántico 19
2.2) Morir de amor: las patologías del
amor romántico 25
3. Capitulo III 32
3.1) La negociación en el amor 32
3.2) ¿Culpa de mujer? 35
4.
Capitulo IV 37
4.1) Análisis del enfoque grupal 37
5. Conclusiones 40
6. Bibliografías 41
7. Anexos 42
Dedicatoria
Para esas mujeres, que son víctimas
de su propio amor, pero que ahora
deciden
convertir ese amor romántico en un amor
sin ataduras ni dominaciones.
Agradecimiento
A nuestros padres porque
nos
brindan su apoyo y accesibilidad
a muchos recursos que
son óptimos para nuestra educación.
Al docente Lenin Cárdenas,
por su paciencia, dedicación
y que cada día
nos incentiva
a mejorar nuestra sociedad
Introducción
Desde niñas, a las mujeres se les ha educado con el fin de esperar el
verdadero amor. Un amor único y eterno. Esa es la linda historia que se nos
pinta a toda niña, adolescente y mujer. Esa es la historia de cuentos de hadas,
que tiene como final feliz el hallazgo del príncipe azul. Pero: ¿Cuál es la
realidad? ¿El príncipe azul llega al final?, ¿Viviremos por siempre felices?
Estas y muchas más preguntas vienen a nuestra mente a raíz de un solo concepto
denominado: Amor Romántico en la mujer. Pero el amor no siempre es “amor”.
Muchas veces este amor es símbolo de manipulación, sobajamiento, dominio y
violencia hacia la mujer, la cual ilusa cree que esto viene adherido a la magia
del enamorarse.
En la presente monografía hablaremos no solo del amor romántico; sino
como este repercute en la sociedad. Nos daremos cuenta que el amor no es color
de rosa, sino que es una estela de humo el cual oculta las intenciones
machistas y patriarcales del “príncipe azul”.
Daremos a conocer su evolución, como el amor romántico ha ido cambiando
en nuestra sociedad. Recalcando los tipos de amor romántico; mencionaremos sus
características y tomaremos referencias sobre los mitos, que se han ido
trasmitiendo día a día, del amor romántico.
También mencionaremos como la mujer se ha ido alejando del típico amor,
es decir cómo ha puesto un límite a sus fantasías que ahora ya no tienen la
misma credibilidad y que en pleno siglo XXI toda mujer debe tener la idea de
que: pareja no es significado de esclavización sino de formación de una vida; manteniendo su autonomía de
antemano; en un mundo donde la globalización ha tomado protagonismo, tal así
que para hallar su pareja no es necesario conocerla ni conocerte a ti misma,
sino tener una imagen suya de referencia y mantenerse horas de horas, pegadas a
una pantalla idealizando a su “ amor” .
Y por último daremos a conocer el enfoque grupal, donde ellas nos muestran,
a través de un dialogo prolongado y ameno, sus diferentes puntos de vista del
amor romántico y como pueden relacionar el amor con el sufrimiento en el amado.
CAPITULO I
- Evolución del amor romántico
Empezaremos con un breve repaso histórico, comenzando por los habitantes
del país del Nilo, en el antiguo Egipto se separaba el concepto de matrimonio,
que consistía un contrato redactado en pie de igualdad por ambas partes, de los
hábitos sexuales (esta mentalidad veremos que tiende a ser una constante en
todo el mundo antiguo hasta bien entrada la edad moderna). Los egipcios no se
preocupaban por el hecho de que los hijos fuesen legítimos o no. Lo único que
importaba era la fertilidad y la capacidad de procrear. Para los antiguos
egipcios el sexo era tan propio de la condición humana que no merecía grandes
discusiones, era simplemente un aspecto más del día a día.
En la antigua Grecia la mujer carecía de derechos políticos. Su vida se
orientaba a su función primordial, la de tener hijos, preferentemente varones.
Recibía la educación imprescindible en casa (labores domésticas, tejer, y otras
diversiones) hasta que se hacía mayor y podía acudir a la escuela. Cuando la
niña tenía alrededor de los 13-15 años, los padres concertaban un matrimonio,
eligiendo al pretendiente más adecuado. La chica iba con una dote, destinada a
protegerla en caso de que el matrimonio fracasara por cualquier motivo, y el
novio debía a su vez comprar hacer regalos a la familia. Tras la boda, tocaba
estar encerrada en la zona de la casa para mujeres o gineceo y criar hijos, y
por supuesto llevar la casa. Cuanto más alta la clase social de los esposos,
más rígido era este régimen: las mujeres de clases bajas aún podían salir a la
calle, incluso sin ir acompañadas de un hombre, ir al mercado o regentar algún
negocio. Aun así no podían acudir a los espectáculos deportivos y mucho menos
participar -salvo las espartanas-. En tan estimulante vida no tenía cabida el
amor entre esposos, tal como lo conocemos nosotros. En la mentalidad griega,
dentro del matrimonio, como mucho, podía aparecer en ocasiones lo que llamaban
philía, cariño. Pero el arrebato sexual, la pasión desatada o erós, eso se daba
fuera de la institución familiar. La esposa sólo acudía a la cama de su marido
cuando éste la requería, era frecuente en los varones helenos el uso de
esclavas o concubinas, si era muy rico y se las podía permitir, o en su defecto
acudiendo a la amplia oferta de prostitución a su disposición en las polis.
En la antigua Roma la mentalidad y costumbres de los helenos, serán
reinterpretadas y adaptadas. En lo que al matrimonio y el establecimiento de un
núcleo familiar se refiere, la mecánica era similar a la que ya hemos visto. La
boda era concertada, generalmente un poco más tarde que los griegos, alrededor
de los 18 años, por el jefe del clan familiar, el pater familias, que entregaba
una dote a la muchacha. Formalmente, el padre o tutor cedía sus derechos sobre
la novia al marido, y la dote cumplía la función de garantía económica de la
chica. Igual que en Grecia, el papel que se esperaba que cumpliese la mujer
romana es el de matrona; concebir hijos preferiblemente varones y ejercer de
abnegada esposa totalmente supeditada a su marido. Sin embargo, las romanas sí
tenían derechos políticos, ya que poseían la ciudadanía que se les negaba a las
griegas, aunque se les consideraba una especie de menores de edad. Pero una vez
casadas, podían incluso salir a la calle sin necesidad de ser acompañadas por
un hombre, acudir acompañadas al teatro o algún banquete y ocasionalmente
visitar a las amigas. En el plano sentimental, los romanos compartían la
distinción griega entre el afecto por la esposa por una parte y las bajas
pasiones por otro. El matrimonio tenía como objetivo perpetuar el linaje, y en
las clases altas, forjar alianzas políticas y sociales. En ese aspecto, el amar
a la esposa era algo que estaba fuera de lugar, nadie se lo tomaba en serio.
Por otra parte, como uno se puede imaginar, la proliferación de esclavos
domésticos tuvo un efecto multiplicador en las posibilidades de tener
encuentros sexuales al alcance de los ciudadanos romanos, sobre todo los
acomodados. Las mujeres casadas podían recibir visitas libremente, siempre y
cuando mantuvieran una serie de códigos morales y sociales determinados, se
dice que algunas mujeres romanas acomodadas pagaban cantidades desorbitadas por
pasar la noche con un gladiador o con un atleta musculoso. Todo esto no fue
óbice para que floreciese la prostitución, que curiosamente no tenía nada de
escandaloso en el mundo antiguo. Se trataba en este caso de una costumbre
habitual de los romanos de clases bajas que no podían costearse esclavos, la
mayoría de burdeles se concentraban en los barrios populares.
Un poco más adelante, en la Edad Media, la consideración de la mujer
sigue sin cambiar demasiado; también se ve como una especie de posesión
imprescindible para fundar una familia, por lo que los matrimonios siguen la línea
patriarcal que ya hemos visto en la Antigüedad. La boda la pactan los padres de
la muchacha, que fijan la dote y reciben una cantidad estipulada por parte del
novio en concepto de la “compra” del poder paterno sobre la chiquilla. Si la
boda es sin consentimiento paterno, se paga el triple. Si no se casa con la
novia pactada, se paga una multa estratosférica a la familia afectada. Si se
finge un secuestro, curiosamente sólo el doble, pero es que la muchacha pasa a
ser oficialmente adúltera. El concepto de amor matrimonial tampoco cambia en
exceso, dentro del mismo, sólo había lugar a un sentimiento de “caritas” y las
relaciones sexuales se limitaban a la “honesta copulatio” con vistas a
engendrar. El amor, que define la pasión y el instinto, es siempre extraconyugal.
En esta época también aparece la idea del amor cortés que suponía una
concepción platónica y mística del amor, era una forma de amor secreta (en
muchos casos implicaba adulterio), generalmente no se practicaba en parejas
formales (solía darse entre miembros de la nobleza). Los hijos bastardos
llegarán a ser muy comunes en la Edad Media, la prohibición de tener relaciones
previas al matrimonio y el atractivo de la dote (a menudo falsa) empujaban a
los esposos – y a sus interesadas familias – a casarse jóvenes, así que el
efecto se agravaba; esa combinación de factores facilitaba el fracaso
matrimonial, y si lo juntamos con la escasa eficacia de la represión sexual
eclesiástica, tendremos completo el cuadro de relaciones ilícitas frecuentes y
en última instancia, la comentada abundancia de hijos ilegítimos.
Entre los siglos XVI y XVIII continuaban existiendo de forma simultánea
el matrimonio de conveniencia y el amor romántico no sexual (cuyo origen era el
amor cortés medieval); desde los inicios del siglo XIX surge la conexión entre
los conceptos de amor romántico, matrimonio y sexualidad que llega hasta
nuestro días. En los últimos 200 años de nuestra historia se ha sufrido cambio
de mentalidad abismal en las sociedades occidentales, que va a modificar por
completo la concepción del amor romántico y la sexualidad, lo cual no es nada
sorprendente si tenemos en cuenta que esta época está marcada por revoluciones
de todo tipo, que transformarán radicalmente la forma de vivir y de concebir el
mundo de los humanos.
En Europa, a finales del siglo XVIII e inicios del XIX a primera vista
persiste el modelo tradicional de familia con su división de roles; la mujer
como una especie de menor de edad histérica incapaz de controlar sus emociones,
dedicada únicamente a procrear y criar hijos. Oficialmente, por tanto, el sexo
se circunscribe al ámbito del matrimonio. Pero a pesar del machismo imperante
incluso entre los ilustrados, las cosas empiezan a moverse en otra dirección.
La sociedad se transforma, y el modelo clásico estamental ya no sirve. El
romanticismo, representó un movimiento ideológico durante la primera mitad del
siglo XIX que ubicó en primer lugar las fuerzas irracionales, las intuiciones,
los ensueños, los instintos y la pasión amorosa.
La mentalidad cambia, los hombres modernos, los liberales, demandan
libertad y derechos universales, racionalidad científica y fe en el progreso
humano. En esta búsqueda de libertades arrastrarán también, aunque de un modo
tangencial, a la mujer. Es el caldo de cultivo idóneo para ideas tan novedosas
como la del matrimonio por amor; por toda Europa aumenta el número de
matrimonios realizados desde ese prisma, empieza a florecer el concepto de amor
romántico. Favorecido también por el desarraigo que provoca la emigración a la
ciudad para trabajar en las nuevas fábricas y telares: las personas ya no
tienen la imperiosa necesidad de ligarse a una comunidad mediante la vía
matrimonial, así que casarse toma otro sentido, más personal e íntimo. El amor
romántico incide más en las mujeres debido a la promoción moderna del ideal de
felicidad individual y la legitimación progresiva del matrimonio por amor.
Muchas ven en esta institución la posibilidad de alcanzar una autonomía, de
lograr la libertad a través del amor, de sumergirse en la armonía y la
felicidad conyugal. Ello propició lo que algunos denominan la “primera
revolución sexual”, que se acompaña de una mayor atención hacia los propios
sentimientos, un compromiso femenino más completo con la relación amorosa, una
“sexualidad afectiva” que privilegia la libre elección de la pareja en
detrimento de las consideraciones materiales y de la sumisión a las reglas
tradicionales.
En los años veinte del siglo XX comienza la Revolución Sexual de
Occidente, pero no fue hasta los sesenta que se cristalizaron cambios reales,
trayendo consigo una redefinición de los valores asignados a hombres y mujeres
en las relaciones de pareja, los roles a desempeñar por ambos en estos
espacios, la elección de la pareja por el enamoramiento y no por
consideraciones económicas, etc. La mujer juega un papel más activo en todas
las esferas de la vida cotidiana y entre ellas el proceso de enamoramiento
había sido invisibilizado a través de la historia por el género.
En la actualidad aunque aún persisten en determinados países y regiones
menos influenciadas por la mentalidad occidental las uniones de pareja
concertadas (por poner dos ejemplos, en China o la India, dos de los países más
poblados del mundo, sigue siendo la norma común hoy en día y su concepto de
amor es muy diferente al que tenemos nosotros) parece que tienden a desaparecer
en nuestro modelo social y de pareja. Parece que estamos viviendo un apogeo del
amor romántico nunca visto en la historia de la humanidad, un simple ejemplo,
actualmente el 91 por ciento de las estadounidenses y 86 por ciento de los
estadounidenses no se casarían con una pareja aunque tuviera todas las
cualidades que buscan si no estuvieran enamorados de ella, el estudio es
fácilmente extrapolable actualmente para otros grupos sociales y países de
cultura occidental. Y es que actualmente la gente alrededor del mundo, quiere
estar enamorada de la persona con la que se casa. Los matrimonios arreglados
parecen estar en peligro de extinción.
Se hipotetiza que el desarrollo económico y social de un entorno permite
a la persona valorar más los aspectos subjetivos que los prácticos, motivo por
el cual este desarrollo reforzará la importancia del amor pasional como
criterio y requisito para elegir pareja íntima y formar una familia (mientras
que las situaciones de carencia se pondrían sobre la mesa necesidades de tipo
práctico y, por tanto, otros criterios de elección). En términos generales, los
resultados de diferentes estudios confirman que efectivamente en los países
menos desarrollados, de relaciones sociales desiguales y jerarquizadas
predomina el estilo amoroso pragmático y de compañeros, mientras que en los
países occidentalizados más desarrollados e individualistas, con relaciones
sociales más igualitarias aumenta la importancia del amor como requisito para
la formación de la pareja.
El amor como institución social ha evolucionado como hemos visto a lo
largo de la historia. Originalmente amor y sexo no se asociaban al matrimonio,
es con la Revolución Francesa y el reconocimiento del sujeto como dueño de sus
elecciones, que surge el concepto del amor romántico y su amalgama con la
pasión y la sexualidad. El amor romántico llega junto con los cambios de fines
del Siglo XVIII para unir lo que antes se encontraba totalmente separado. Y a
lo largo de las últimas décadas en la cultura occidental esta relación se ha
ido estrechando cada vez más, llegando a considerarse que el amor romántico es
la razón fundamental para mantener relaciones matrimoniales y que “estar
enamorado /a” es la base fundamental para formar una pareja y para permanecer
en ella, de modo que el amor romántico se hace popular y el matrimonio aparece
como elección personal.
- Definiciones de amor
romántico
- El amor
romántico es considerado como un sentimiento diferente y superior a las
meras necesidades fisiológicas, como el deseo sexual o la lujuria, y
generalmente implica una mezcla de deseo emocional y sexual, otorgándole,
eso sí, más énfasis a las emociones que al placer físico, a diferencia del
amor platónico, que se centra en lo espiritual.
- El amor romántico es la
manifestación de atracción física y personal entre dos personas, como la
afinidad compartida por dos individuos, también podríamos decir que el
amor es un sentimiento que comparten dos personas aleatorias que se
encuentran y no pueden evitar atraerse entre sí.
- El amor romántico es
uno de los modelos de amor que
fundamenta el matrimonio monogámico y
las relaciones de pareja estables de las culturas modernas, principalmente
las occidentales.
- Es un amor íntimo que incluye
la tragedia y puede ser alimentado con la transgresión, pero también
producir triunfo. Con él se idealiza a la persona amada desde la
sexualidad terrenal y la lujuria; es un encuentro de espíritus y presupone
una comunicación psíquica. En el amor romántico el otro responde a una
carencia que no se reconoce necesariamente, hasta que se inicia la
relación amorosa, es decir el individuo imperfecto se completa.
El “yo” busca una validación en el descubrimiento del otro, la captura del otro es un proceso de la creación de una biografía narrativa mutua. Este proceso es activo por parte de los dos integrantes, tanto en las novelas como en la vida real.
-Anthony Giddens, sociólogo británico -
- Características
del amor romántico
Ø Deseo
La atracción sexual suele ser la primera
manifestación del amor romántico aunque no siempre es así. Pero es frecuente
que los jóvenes comiencen a experimentar una atracción física -deseo de estar
junto a esa persona- y casi siempre también una atracción sexual -deseo de
tocar, besar y tener relaciones sexuales con esa persona- cuando experimentan
el amor romántico. Esa emoción que generalmente para los adolescentes es muy
nueva es una de la que les provoca más turbación, falta de confianza y
nerviosismo. Generalmente con el paso del tiempo cuando la han experimentado
más y cuándo la conocen mejor, esas sensaciones negativas unidas al deseo
suelen desaparecer. La adolescencia es también el momento de la aparición de
las primeras relaciones sexuales, del descubrimiento de la propia orientación sexual y cuando los chicos y las chicas buscan respuestas a sus dudas sobre sexo.
Ø Intimidad o apego
Es la conexión que se desarrolla hacia la persona
objeto del amor romántico. Generalmente la existencia de amor romántico entre
dos personas provoca también la aparición de un tipo de relación con un grado
de intimidad mucho mayor que con el resto. Con la otra persona se comparten
pensamientos y sentimientos que no se comparten con nadie más.
- Tipos
de amor romántico
El amor
romántico como ningún otro sumerge a uno completamente en el otro. Cuando
Chaucer dijo que “el amor es ciego”
se refería a que la intensidad del amor romántico distorsiona nuestra
objetividad.
Algunos
incluyen sólo el amor erótico, otros excluyen la parte sexual, otros se
refieren sólo al mismo dentro de una relación heterosexual, y así nos vamos a
la definición de Dorothy Tennos quien dice que el amor romántico es el que nos
tiene como golpeados por un rayo, alelados, en pocas palabras.
Este amor
es aquel que nos mantiene perennemente preocupados por la otra persona, con la
creencia de que ella es la única que puede satisfacer nuestras necesidades.
Este amor depende totalmente de lo que la otra persona haga o diga; en otras
palabras, es como si la otra persona nos da el permiso o no de hacer algo con
tal de recibir su aceptación, de lo contrario su rechazo sería considerado como
la muerte.
El
sociólogo John Allan Lee ha encontrado seis tipos de amor romántico. A manera
de ilustración mencionaré estos:
1. Eros:
la atracción física, intensidad y magnetismo sexual. Empieza y termina rápido,
de acuerdo a Lee. Rara vez pasa a una relación más profunda y duradera.
2. Ludus:
Hay poco nivel de compromiso. Salen con varias personas pero procuran no
desarrollar la dependencia del o la enamorada. Es francamente diversión, cero
compromisos.
3.
Storge: es cálido y apasionado. Emerge de la amistad pero no hay indeterminado
punto fijo de inicio. Es un amor sólido, estable y llega a sobrevivir las
crisis pero no contiene la pasión dramática.
4. Mania:
es tormentoso, alocado y produce agitación. Quien lo experimenta necesita la
atención y el afecto del otro u otra de manera insaciable. El amor maníaco es
como subirse a la montaña rusa.
5.
Pragma: es un amor más práctico, quien lo experimenta busca la pareja adecuada
con las características adecuadas. Una vez se encuentra a esa persona y si
existe acuerdo se empiezan a desarrollar sentimientos más intensos entre las partes
interesadas.
6. Ágape:
es el amor paciente, que no exige, tierno y siempre presente. Es un amor ideal
más que real.
- Mitos del amor romántico
Podemos hablar, según la clasificación realizada en la investigación
Detecta Andalucía1, de 19 mitos, falacias y falsas creencias acerca del ideal
de amor romántico que podrían aglutinarse a su vez en 4 grupos y cuya asunción
supone un importante factor de riesgo para establecer relaciones de
desequilibrio de poder en las parejas y por tanto de la violencia de género:
§ GRUPO 1 de mitos de AMOR ROMÁNTICO: “El amor todo lo puede”
ü Falacia de cambio por amor
ü Mito de la omnipotencia del amor
ü Normalización del conflicto
ü Creencia en que los polos opuestos se atraen y entienden mejor
ü Mito de la compatibilidad del amor y el maltrato
ü Creencia en que el amor “verdadero” lo perdona/aguanta todo
§ GRUPO 2 de mitos de AMOR ROMÁNTICO: “El amor verdadero predestinado”
ü Mito de la “media naranja”
ü Mito de la complementariedad
ü Razonamiento emocional
ü Creencia en que sólo hay un amor “verdadero” en la vida
ü Mito de la perdurabilidad, pasión eterna o equivalencia
§ GRUPO 3 de mitos de AMOR ROMÁNTICO: “El amor es lo más importante y
requiere entrega total”
ü Falacia del emparejamiento y conversión del amor de pareja en el centro
y la referencia de la existencia
ü Atribución de la capacidad de dar la felicidad
ü Falacia de la entrega total
ü Creencia de entender el amor como despersonalización
ü Creencia en que si se ama debe renunciarse a la intimidad
§ GRUPO 4 de mitos de AMOR ROMÁNTICO:“El amor es posesión y exclusividad”
ü Mito del matrimonio
ü Mito de los celos
ü Mito sexista de la fidelidad y de la exclusividad
- Perfil de la mujer romántica
Las mujeres románticas son soñadoras de
situaciones idílicas y creen en el amor verdadero sin límites. Son un volcán de
sentimientos, sensibilidades y sensaciones.
Desean vivir románticamente, crear un
mundo de situaciones a través de las que todo se hace posible. Vivir
románticamente es vivir un amor idealista en el que si hay amor y los problemas
desaparecen. El amor prevalece sobre cualquier cosa. Piensa que las utopías son
posibles.
Pueden llegar a ser:
- Pocos realistas y esto les puede hacer sufrir
mucho. Es más, pueden llegar a ser muy vulnerables.
- Muy generosas o posesivas según su pareja
responda en mayor o menor medida a su ideal de pareja.
- Muy sensibles a la evolución de su pareja
La mujer romántica disfruta con intensidad las cosas románticas en
general. Puede vivir con una ilusión y recuerdo imborrable de por vida
una cena romántica especial, un viaje romántico, una situación, un beso…
- Celos y virginidad en el amor romántico
7.1) Los celos
Los celos son
una respuesta emocional compleja y perturbadora, que surge cuando
una persona percibe una amenaza hacia algo que considera
como propio. Comúnmente se
denomina así a la sospecha o inquietud ante la posibilidad de que la
persona amada nos reste atención en favor de otra. También
se conoce así, al sentimiento de envidia hacia el éxito o posesión de otra persona.
Tipos de celos:
- Celos
manifiestos:
La
persona que sufre este tipo de celos desea
un reporte diario sobre su pareja
y para eso la asedia constantemente.
- Celos ocultos:
Generalmente
no reclama sobre hombres o mujeres
amigos de su pareja
pero tiene actitudes
groseras y criticas constantemente a su pareja.
- Celos
exagerados:
Este tipo
de celos toman lugar cuando no hay o ha habido ninguna infidelidad
, sin embargo aun sin motivo aparente
, la persona celosa discute
e inventa fantasías
y cree escenas de
celos sin motivos aparentes.
- Celos Patológicos:
Estos
celos son extremos. La pareja persigue a su novio, amante o conyugue Algunas veces para
un detective privado para que
este lo haga.
7.2) La
virginidad en el amor romántico:
Para las mujeres era exigida la
virginidad, y una vez casada estaba sometida a controles estrictos para
preservar la pureza de la sangre. Entre los hombres el campo de la sexualidad
estaba más abierto, eran aceptadas las aventuras prematrimoniales y las
relaciones con mujeres en caso de viudez. Se valoraba la virilidad y las
proezas sexuales masculinas, eran toleradas formas de concubinato y estaba
consentido recurrir a la prostitución.
El amor romántico adquiere importancia a
mediados del siglo XVIII en Europa y da inicio a un cambio en la situación de
la mujer, principalmente que ahora ya es capaz de elegir con quién
compartir su vida afectiva. El amor romántico ponía énfasis en el afecto y amor
que prevalecía por sobre la atracción sexual. El deseo sexual se convierte
en una energía que solo dará paso a un encuentro de amor con la persona ideal.
Este pensamiento prevalece durante el siglo XIX.
CAPITULO II
- La
violencia de género y el amor romántico
“Por amor” las mujeres nos
aferramos a situaciones de maltrato, abuso y explotación. Somos capaces de
humillarnos “por amor”, y a la vez de presumir de nuestra intensa capacidad de
amar. “Por amor” nos sacrificamos, nos dejamos anular, perdemos nuestra
libertad, perdemos nuestras redes sociales y afectivas. (Coral Herrera Gómez, 2012)
Son muchos los que saben que combinar el cariño con el maltrato hacia una
mujer sirve para destrozar su autoestima y provocar su dependencia, por lo
tanto utilizan el binomio maltrato-buen trato para enamorarlas perdidamente y
así poder domarlas.
“Esta desigualdad estructural que
existe entre mujeres y hombres se perpetúa a través de la cultura y la
economía. Si gozásemos de los mismos recursos económicos, no tendríamos
relaciones basadas en la necesidad; amaríamos con mucha más libertad.” (Coral Herrera Gómez, 2012)
Este “amor” nos atrapa en contradicciones
absurdas “debería dejarle, pero no puedo porque le amo/porque con el tiempo
cambiará/porque me quiere/porque es lo que hay”. Es un “amor” basado en la
conquista y la seducción, y en una serie de mitos que nos esclavizan, como el
de “el amor todo lo puede”, o “una vez que encuentras a tu media naranja, es
para siempre”. Este “amor” nos promete mucho pero nos llena de frustración, nos
encadena a seres a los que damos todo el poder sobre nosotras, nos somete a los
roles tradicionales, y nos sanciona cuando no nos ajustamos a los cánones
establecidos para nosotras.
Este “amor” nos convierte también en seres
dependientes y egoístas, porque utilizamos estrategias para conseguir lo que
anhelamos, porque nos enseñan que una da para recibir, y porque esperamos que
el otro “abandone el mundo” del mismo modo que nosotras lo hacemos. Es tanto el
“amor” que sentimos que nos convertimos en seres amargados que vomitan
diariamente reproches y reclamos. Si alguien no nos ama como amamos nosotras,
este “amor” nos hace victimistas y chantajistas (“yo que lo doy todo por ti”).
Este “amor” nos lleva a los infiernos
cuando no somos correspondidas, o cuando nos son infieles, o cuando nos
abandonan: porque cuando nos hemos dado cuenta, estamos solas en el mundo,
alejadas de amigas y amigos, familiares o vecinos, pendientes de un tipo que se
cree con derecho a decidir por nosotras.
Por eso este “amor” no es amor. Es
dependencia, es necesidad, es miedo a la soledad, es masoquismo, es una utopía
colectiva, pero no es amor.
Amamos patriarcalmente: el romanticismo patriarcal es un mecanismo cultural para perpetuar el patriarcado, mucho más potente
que las leyes: la desigualdad anida en nuestros corazones. Amamos desde el
concepto de propiedad privada y desde la base de la desigualdad entre hombres y
mujeres. Nuestra cultura idealiza el amor femenino como un amor incondicional,
abnegado, entregado, sometido y subyugado. A las mujeres se nos enseña a
esperar y a amar a un hombre con la misma devoción que amamos a Dios o
esperamos a Jesucristo.
A las mujeres nos han enseñado a amar la
libertad del hombre, no la nuestra propia. Las grandes figuras de la política,
la economía, la ciencia o el arte han sido siempre hombres. Admiramos a los
hombres y les amamos en la medida en que son poderosos; las mujeres privadas de
recursos económicos y propiedades necesitan hombres para poder sobrevivir.
La desigualdad estructural que existe
entre mujeres y hombres se perpetúa a través de la cultura y la economía. Si
gozásemos de los mismos recursos económicos y pudiésemos criar a nuestros bebés
en comunidad, compartiendo recursos, no tendríamos relaciones basadas en la
necesidad; creo que nos amaríamos con mucha más libertad, sin intereses
económicos de por medio. Y disminuiría drásticamente el número de adolescentes
pobres que creen que embarazándose van a asegurarse el amor del macho, o al
menos una pensión alimenticia durante veinte años de su vida.
“El amor romántico es una herramienta
de control social, y también un anestesiante. Nos lo venden como una utopía
alcanzable, pero nos encontramos con que el mejor modo es renunciar a todo con
tal de asegurar la armonía conyugal. “(Coral Herrera Gómez, 2012)
Millones de mujeres mueren a diario por
“crímenes de honor” a manos de sus maridos, padres, hermanos, amantes, o por
suicidio (obligadas por sus propias familias). Los motivos: hablar con un
hombre que no sea tu marido, ser violada, o querer divorciarse. Un solo rumor
puede matar a cualquier mujer. Y estas mujeres no pueden emprender una vida
propia fuera de la comunidad: no tienen dinero, no tienen derechos, no son
libres, no pueden trabajar fuera de casa. No hay forma de escapar.
Las mujeres que sí gozan de derechos, sin embargo, también se ven atrapadas
en sus relaciones matrimoniales o sentimentales. Mujeres pobres y analfabetas,
mujeres ricas y cultivadas: la
dependencia emocional femenina no distingue entre clases sociales,
etnias, religiones, edad u orientación sexual. Son muchas en todo el planeta
las mujeres que se someten a la tiranía del “aguante por amor”.
En esta supuesta armonía, los hombres
tradicionales desean esposas tranquilas que les amen sin pedir nada (o muy
poco) a cambio. Cuanto más deteriorada sienten las mujeres su autoestima, más
se victimizan, y más dependientes son. Por lo tanto, más les cuesta entender
que el amor de verdad no tiene nada que ver con la sumisión, ni con el
sacrificio, ni con el aguante.
La pareja es el pilar fundamental de
nuestra sociedad. Por eso Hacienda, la Iglesia, los Bancos, etc. penalizan la
soltería y promueven el matrimonio heterosexual; cuando el amor acaba o se
rompe lo vivimos como un fracaso y como un trauma. Nos desesperamos
completamente: no sabemos separar nuestros caminos, no sabemos tratar con
cariño al que se quiere alejar de nosotros o al que ha encontrado nueva pareja.
No sabemos cómo gestionar las emociones: por eso es tan frecuente el cruce de
amenazas, insultos, reproches y venganzas entre los cónyuges.
Y por eso, también, tantas mujeres son
castigadas, maltratadas y asesinadas cuando deciden separarse y reiniciar su
vida. La cantidad de hombres que no poseen herramientas para enfrentarse a una
separación es mucho mayor: desde niños aprenden que deben ser los reyes, y que
los conflictos se solucionan con violencia. Si no lo aprenden en casa, lo
aprenden en televisión: sus héroes hacen justicia mediante la violencia,
imponiendo su autoridad. Sus héroes no lloran, a no ser que consigan su
objetivo (como ganar una copa de fútbol o exterminar a los androides).
Lo que nos enseñan en las películas,
cuentos, novelas, series de televisión es que las chicas de los héroes esperan
con paciencia, los adoran y los cuidan, y están disponibles para entregarse al
amor cuando ellos tengan tiempo. Las chicas de la publicidad ofrecen su cuerpo
como mercancía, las chicas buenas de las pelis ofrecen su amor como premio a la
valentía masculina. Las chicas buenas no abandonan a sus esposos. Las ‘’chicas
malas’’ que se creen dueñas de su cuerpo y su sexualidad, que se creen dueñas
de su propia vida, o que se rebelan, siempre se llevan su castigo merecido (la
cárcel, enfermedad, ostracismo social o muerte).
A las chicas malas no solo las odian los
hombres, sino también las mujeres buenas, porque desestabilizan todo el orden
“armonioso” de las cosas cuando toman decisiones y rompen con ataduras. Los
medios de comunicación a menudo nos presentan los casos de violencia contra las
mujeres como crímenes pasionales, y justifican los asesinatos o la tortura con
expresiones como esta: “ella no era una persona muy normal”, “el había bebido”,
“ella ya estaba con otra persona”, “él cuando se enteró enloqueció”. Y si la
mató, fue porque “algo habrá hecho”. La culpa entonces recae sobre ella, y la
víctima es él. Ella metió la pata y merece un castigo, él merece vengarse para
calmar su dolor y reconstruir su orgullo.
La violencia es un componente estructural
de nuestras sociedades desiguales, por eso es necesario que el amor no se
confunda con posesión, del mismo modo que no debemos confundir la guerra con
“ayuda humanitaria”. En un mundo donde utilizamos la fuerza para imponer
mandatos y controlar a la gente, donde ensalzamos la venganza como mecanismo
para gestionar el dolor, donde utilizamos el castigo para corregir desviaciones
y la pena de muerte para reconfortar a los agraviados, se hace necesario más
que nunca que aprendamos a querernos bien.
Es vital que entendamos que el amor ha de
estar basado en el buen trato y en la igualdad. Pero no solo hacia el cónyuge,
sino hacia la sociedad entera. Es fundamental establecer relaciones
igualitarias en las que las diferencias sirvan para enriquecernos mutuamente,
no para someternos unos a otros. Es también esencial empoderar a las mujeres
para que no vivamos sujetas al amor, y también enseñar a los hombres a
gestionar sus emociones para que puedan controlar su ira, su impotencia, su
rabia, y su miedo, y para que entiendan que las mujeres no somos objetos
personales, sino compañeras de vida.
Además, debemos proteger a los niños y las
niñas que sufren en casa la violencia machista, porque han de soportar la
humillación y las lágrimas de su heroína, mamá, porque han de aguantar los
gritos, los golpes y el miedo, porque han de vivir aterrorizados, porque se
quedan huérfanos, porque su mundo es un infierno.
Es urgente acabar con el terrorismo
machista: se ha matado a más personas que el terrorismo de ETA. Sin embargo, la
gente se indigna más ante el segundo, sale a la calle a protestar contra la
violencia, cuida a sus víctimas. El terrorismo machista se considera una
cuestión personal que afecta a determinadas mujeres, por eso mucha gente que
oye gritos de auxilio no reacciona, no denuncia, no interviene.
La crisis acentúa el terror, pues muchas
no pueden plantearse separarse. Una prueba de ello es que ahora se denuncian
menos casos.
Echando un vistazo a las cifras podremos
darnos cuenta de que lo personal es político, y también económico: la crisis
acentúa el terror, pues muchas no pueden plantearse separarse, y el divorcio
queda para las parejas que puedan permitírselo económicamente. Una prueba de
ello es que ahora se denuncian menos casos y en ocasiones las mujeres se echan
para atrás; con las tasas judiciales aprobadas en España, las mujeres más
humildes ni se van a plantear ir a denunciar: apelar a la justicia es cosa de
ricas.
Es urgente trabajar con hombres
(prevención y tratamiento) y proteger a las mujeres y a sus hijos/as. Debemos
empoderar a las mujeres, pero debemos trabajar también con los hombres, si no
toda lucha será en vano. Es necesario promover las políticas públicas para que
tengan un enfoque de género integral, y es necesario que los medios ayuden a
generar un rechazo generalizado hacia esta forma de terror instalado en tantos
hogares del mundo.
Es necesario un cambio social y cultural,
económico y sentimental. El amor no puede estar basado en la propiedad privada,
y la violencia no puede ser una herramienta para solucionar problemas. Las
leyes contra la violencia de género son muy importantes, pero han de ir
acompañadas de un cambio en nuestras estructuras emocionales y sentimentales.
Para que ello sea posible, tenemos que cambiar nuestra cultura y promover otros
modelos amorosos que no estén basados en luchas de poder para dominarnos o
someternos.
El amor romántico, además de ser una hermosa utopía colectiva, puede
convertirse en una enfermedad que lleva a la gente a la desesperación y a la
muerte. En todas las historias del romanticismo decimonónico, el amor desemboca
inevitablemente en el suicidio de uno de los amantes, o de los dos, al estilo
cien mil veces repetido de "Romeo y Julieta", dos adolescentes tercos
que deciden quitarse la vida porque no les dejan estar juntos. (Coral Herrera Gómez 2012 / rincón de Haika)
Cuando somos correspondidos, el amor
romántico saca a relucir lo mejor de nosotros mismos: cuando nos enamoramos
somos personas encantadoras, amables, generosas, y tratamos de seducir al
otro/a ofreciendo la mejor imagen de nosotros mismos para encandilar a la
persona que se desea. Pero si no somos correspondidos/as en intensidad de
sentimientos o grado de compromiso, es cuando afloran nuestros demonios.
En nuestra
cultura, es curioso, el amante despechado parece tener toda la razón cuando
patalea, protesta y comete barbaridades en nombre del amor. Se entiende
que los buenos son los abandonados, y los malos, los que abandonan.
Y es que el amor puede convertirse en una adicción. Estas patologías amorosas son sobre todo sociales, es decir, más que pertenecer al mundo de los sentimientos, son fruto de una sociedad en la que el desamor se entiende como un fracaso. La estructura social está hecha por y para parejas, la cultura se encarga de mitificar esas uniones de dos en dos, y nuestro yo se ocupa de convencernos de que sin pareja no somos nada, y que no encontraremos a nadie igual nunca jamás.
Y es que el amor puede convertirse en una adicción. Estas patologías amorosas son sobre todo sociales, es decir, más que pertenecer al mundo de los sentimientos, son fruto de una sociedad en la que el desamor se entiende como un fracaso. La estructura social está hecha por y para parejas, la cultura se encarga de mitificar esas uniones de dos en dos, y nuestro yo se ocupa de convencernos de que sin pareja no somos nada, y que no encontraremos a nadie igual nunca jamás.
Por eso cuando llega el desamor, algunas
sienten una gran liberación En cambio otro pierden las ganas de vivir, la
sensatez, y la esperanza de volver a ser felices. El proceso de desamor es similar en las
sociedades humanas: nos apoyamos en los amigos y las amigas, nos
hundimos en la miseria, reaccionamos con rabia, nos autoculpabilizamos,
tratamos de comprender al otro, lo odiamos con toda nuestra alma, lo
perdonamos, deseamos volver a su lado, nos comemos los puños para no llamar por
teléfono y coserlo a reproches, cambiamos de estado de ánimo (lloramos,
rabiamos, nos volvemos a esperanzar, nos rendimos).
Algunos nos arrojamos al masoquismo recordando lo felices que fuimos, viendo fotos antiguas en los que aparecemos sonrientes con la amada o el amado, escuchamos la canción favorita que marcó nuestro amor al principio, olemos la ropa o acariciamos los regalos que recibimos del otro, leemos las cartas de amor que intercambiamos, lloramos toneladas de lágrimas hasta que inundamos la cama, nos arrastramos detrás del amado pidiendo clemencia, hacemos llamadas que no deberíamos, nos torturamos porque queremos hacer ver al otro que no estamos afectados/as.
Nos cuesta tanto dejar las relaciones
porque somos animales de costumbres, porque practicamos el apego hacia las
personas y las cosas como si fueran eternas, y porque vivimos en un mundo tan
individualista que el fin de una pareja significa regresar a la soledad, por
eso el miedo al abandono nos ata de tal modo a la gente.
Lo cierto es que entre las paradojas del
amor, nos encontramos con que es
tan duro acabar una relación como que el otro la dé por terminada. Las
personas que desean acabar una relación a menudo se estresan, padecen insomnio,
ataques de ansiedad, y retrasan la decisión todo lo que pueden. Los amantes a
los que se les acabó el amor tratan de ser sinceros sin conseguirlo, pueden
verse comidos por las dudas y las contradicciones, se sienten angustiados
pensando en el dolor que le van a provocar a su pareja
En el caso de
las mujeres, la sociedad nos condena aún más porque se supone que una mujer
de verdad ama hasta la eternidad y antepone a sus necesidades y deseos
las necesidades de los demás. De este modo, una mujer lo tiene más
difícil porque es objeto de la posesividad machista, debido a la doble moral
que interpreta que las mujeres apenas tienen deseo sexual y además pertenecen a
un solo hombre para toda la vida. Por eso las mujeres infieles son una especie
de monstruo insensible y malvado que en todas las historias merece el más alto
castigo: la soledad o la muerte.
Afortunadamente,
son cada vez más las mujeres que se sienten libres para terminar sus relaciones
amorosas, pero esto sólo sucede en las islas de desarrollo donde existe la ley
del divorcio o donde las mujeres podemos trabajar y ser independientes
económicamente.
Sin embargo, también son muchas las parejas prefieren
permanecer juntas aunque sea peleándose a diario o haciéndose la vida imposible;
es un fenómeno que no resulta tan extraño si se mira desde una óptica
económica. No todo el mundo puede
separarse cuando es infeliz en el seno del matrimonio; divorciarse hoy es un
privilegio de ricos.
Lo peor de las rupturas es cuando se
gestionan mal a nivel emocional, cuando el dolor nos convierte en seres
chantajistas, culpabilizadores, egoístas, o cuando el que se va no da
explicaciones, o cuando no se habla del problema desde el cariño. En nuestra sociedad, las separaciones
se perciben como un fracaso y se viven como un trauma, tanto en el
seno de la pareja como en el entorno familiar, especialmente si uno de
los dos se deprime, si existe chantajismo emocional, reacciones airadas,
venganzas crueles o acciones violentas, y si se implica al resto de la familia
y amigos en la batalla conyugal.
Lo curioso es
que mucha gente elige el camino más largo y doloroso, quizás porque nos
aferramos a menudo con desesperación al amado o la amada sin respetar su
libertad para marcharse. El egoísmo y el miedo a la soledad puede
hacer que las personas intenten retener a su amado/a con mil estrategias
posibles, e incluso pueden perder la dignidad personal, o cometer toda clase de
locuras. El dolor y el miedo son sentimientos poderosos que si nos invaden
incontroladamente, a veces pueden con nosotros.
Es mayoría la
gente que piensa que es peor que te abandonen, porque en la persona
"abandonada" suelen surgir sentimientos de culpabilidad, impotencia,
falta de autoestima, inseguridades y complejos, miedos y multitud de emociones
negativas:
“El rechazo de la persona amada hunde al
amante no correspondido en uno de los sufrimientos emocionales más profundos y
perturbadores que puede soportar un ser humano. La pena, la furia y muchos
otros sentimientos pueden invadir el cerebro con tal vigor que la persona
apenas pueda dormir o comer” (Fisher, 2004).
Los psiquiatras y neurocientíficos
dividen el rechazo romántico
patológico en dos fases principales: la “protesta” y la
“resignación/desesperación”. Durante la primera fase, los amantes
abandonados intentan obsesivamente recuperar a su ser amado. Cuando la
resignación se asienta en ellos, se rinden por completo y desembocan en la
desesperación.
La furia del abandono aparece con la
sensación de impotencia, el miedo a la soledad, y la falta de herramientas para
empatizar con la libertad de la otra persona. Para Helen Fisher, la furia es un
mecanismo de catarsis que nos puede ayudar a asumir el final, porque en parte
muchos sienten que han desperdiciado un tiempo y una energía muy valiosos en
una pareja que ahora les abandona.
Cuando llega la resignación y la
desesperación, hombres y mujeres suelen sobrellevar su tristeza de forma
diferente: Fisher (2007) cree que los hombres suelen depender más de sus parejas
románticas probablemente porque mantienen menos lazos con parientes y
amigos.
Y es que los hombres educados en la
tradición patriarcal suelen tener dificultades para expresar su dolor, lo
contienen porque les han enseñado que llorar y quejarse no es de hombres.
Precisamente este dolor contenido explota después de la forma más dramática
posible: su probabilidad de cometer suicidio cuando la relación amorosa se
desintegra es tres o cuatro veces superior a la de las mujeres.
También han gozado, durante muchos siglos, del privilegio para ejercer la
violencia contra las mujeres con impunidad, principalmente porque han aprendido
de la tradición amorosa patriarcal que las compañeras de vida son
"suyas". La posesividad es una constante en las
sociedades donde existe la propiedad privada y la desigualdad entre hombres y
mujeres; este sentimiento de propiedad mal entendido provoca violencia, ya sea
hacia uno mismo (recurriendo a mecanismos de autodestrucción como las
borracheras descomunales, las drogas, o las actividades que implican riesgos
letales), o hacia la pareja, de ahí el alto índice de maltrato, violaciones y
asesinatos de mujeres.
Por el contrario, las mujeres no suelen emplear la violencia ni
se suicidan, sino que se deprimen:
“Las mujeres rechazadas lloran,
pierden peso, duermen demasiado o nada, pierden el interés por el sexo, no se
pueden concentrar, se retraen socialmente y consideran la posibilidad del
suicidio. Encerradas en una mazmorra de abatimiento, apenas logran hacerse
cargo de las tareas básicas de la vida. (…) Cuando llega la resignación, los
niveles de dopamina disminuyen su actividad en el mesencéfalo, y dicha
disminución está relacionada con el letargo, el aburrimiento y la depresión”.
(Fisher, 2007)
Lo malo de la depresión es que nunca va a
servir como mecanismo de chantaje para que el amado o la amada vuelvan a
nuestro lado. Una persona deprimida, de hecho, resulta poco atractiva para
cualquiera de nosotras, pues nos
enamoramos de la alegría de vivir de las personas, de la energía que emana de
ellas, no de su tristeza.
Es cierto que la
compasión es una característica muy humana, pero nada erótica. Compadecerse del
que sufre sirve para que nos sintamos empujados a aliviar el dolor de la otra
persona, pero nunca para reavivar pasiones. Y a pesar de ello, mucha gente se
agarra al chantaje emocional, y trata de demostrarle al otro la dependencia que
siente, llora y protesta, envía mensajeros, escribe cartas, lo cuenta en
Facebook… para que el otro o la otra se sientan responsables de su
felicidad y el bienestar y, con el peso de la culpa, no les abandonen.
Sin embargo, en ocasiones la libertad se impone en nosotros de una forma irreversible, irremediable. Cuando ya no queremos estar con alguien, cuando cesa el deseo, cuando somos infelices con la pareja, cuando nos enamoramos de otra persona, tenemos dos opciones: pensar en nuestra felicidad o renunciar a ella.
Hay gente que jamás logra superar una
ruptura, gente que vive con rencor hasta el final de sus días, gente que
estaría dispuesta a maltratar al otro o a ser maltratado confundiendo violencia
con pasión, hay gente adicta a los infiernos de parejas que pasan la vida luchando
el uno contra el otro.
Creo que para
superar estos traumas es necesario analizar la cultura amorosa en la que
vivimos: los mitos románticos, los modelos idealizados, las represiones a la
hora de vivir nuestros afectos y deseos, y no perder de vista que vivimos en
una sociedad anclada en la desigualdad de género y en tabúes, prejuicios,
normas morales, opresiones variadas.
Este análisis es necesario para comprender
que hay que diversificar afectos,
que hay que cuidar a la gente a la que queremos, que una sola persona no puede
ser el único asidero para vivir la vida.
No podemos
pedirle a una sola persona que sea responsable de nuestra necesidad de cariño,
de compañía, de amor. No es justo que nos coloquen la
etiqueta de "mío, todo y para siempre" porque muchos son los que
utilizan esta concepción amorosa para aislarse del mundo y evadirse en un
paraíso que no existe. Este asilamiento trae la soledad, y la soledad es un
peso demasiado grande para animales como nosotros, que necesitamos vivir con
más gente para poder sobrevivir.
Afortunadamente todos superamos las
rupturas y los abandonos. Unas personas necesitan más tiempo y otras
menos, unas tienen más herramientas para asumir los cambios de la vida y otras
tienen más dificultades. Hay que buscarle ventaja a todo: lo positivo de
desenamorarse es poder estar a solas con una misma y llegar a amar la
soledad; y paralelamente, a la vez, valorar más a la gente que nos rodea y nos
acompaña en el camino.
Y además, nos abre nuevas puertas y ventanas a la vida; el desamor nos permite volver a enamorarnos sin las pesadas cargas del pasado. Porque eso es la vida, en definitiva: disfrutar, sufrir, gozar, anhelar, encontrar y perder, enamorarse, curarse las heridas, confiar, decepcionarse, encontrarse, ilusionarse, acabar y volver a empezar.
CAPITULO III
- La
negociación en el amor
§ Amor e identidad femenina
ü Aprendemos a amar, nos educan en el amor.
‘’ Las mujeres no nacemos amando, aprendemos a
amar’’. (Marcela Lagarde, 2000: 12).
Desde pequeñas, a las mujeres nos enseñan
patrones de conducta que giren en torno al amor. Un primer aprendizaje se da en
la relación con nuestro primer contacto: la madre. Se establece la relación
materno – filial.
ü La biografía amorosa de las mujeres
‘’ La vida de las mujeres está marcada por
acontecimientos relacionados con el amor. Acontecimientos importantes ligados
al amor son los que inician las etapas de nuestra vida, y son acontecimientos
ligados al amor los que ponen fin a otras etapas. ’’ (Marcela Lagarde, 2000:
15).
Las biografías amorosas de las mujeres están
ligadas con los hitos amorosos, los cuales se nos fueron impuestos como
mandatos de género y no siempre estuvieron de acuerdo con las normas
establecidas, pero que ahora forman parte de nuestro saber colectivo como: la
edad para tener pareja o el lujo de poder ‘’enamorarnos’’ no solo de una
persona a la vez.
ü Para amar tenemos que conocer
‘’ Las mujeres contemporáneas dedicamos muchos
esfuerzos y afanes a modernizar la vida social, pero ¿Nos dedicamos a
modernizar el amor?’’ (Marcela Lagarde, 2000: 17).
Existe una contradicción, nos proponemos en
cambiar todo lo que nos rodea, pero nuestras emociones siguen allí inertes,
tradicionales, atrapadas a los conceptos dados de antaño a los cuales no se les
puede apelar. Un ejemplo claro, sentarse a esperar un amor desconocido, el que
durará toda la vida y al que debemos entregarnos sin restricciones.
Esto nos hace ‘’ignorantes’’ de nuestra propia
subjetividad, lo cual es un punto a favor para el amor tradicional. Como
mujeres necesitamos el ‘’autoconocimiento’’, y con ello no solo quiero
profundizar el conocer a la pareja de nuestra elección sino a nosotras mismas,
pues como amar a otros si no nos amamos a nosotras mismas ni mucho menos nos
conocemos.
§ El amor a partir de la era burguesa
ü Amor romántico: la pasión erótica y la
causa política
‘’El amor romántico se plantea como un amor puro.
‘’Pureza’’ es porque no está contaminado por las formalidades. ’’ (Marcela
Lagarde, 2000: 55).
El amor romántico se plantea como una pasión que
no está sellada por el matrimonio. Es visto como la escapatoria a la formalidad
a la que eran obligados los amantes, los cuales
solo preferían aventuras fugaces.
El compartir las mismas causas contribuía más a
su unión, e inclusión se sentían más comprometidos que al firmar un simple
papel. Mientras más concordancias tuvieran en sus propósitos, gustos y
filosofías, su alianza más fuerte se hacía.
Para deconstruir el amor como subordinación y
dominio
ü Hombres enamorados, mujeres enamoradas
‘’ En el enamoramiento existen diferencias de
género’’. (Marcela Lagarde, 2000: 75).
El que tenga el poder en la relación podrá ser
capaz de influenciar en el otro. Llegando al grado de que este dependa
totalmente de él. En el supuesto que se aleje, simplemente el otro lo esperará.
Tocamos un tema de superioridad. El superior más que buscar una pareja estable,
con el cual vivir equitativamente solo buscara en quien ejercer su poder. ‘’ no
vivirá fascinado de su pareja, sino de sí mismo’’. (Marcela Lagarde, 2000: 75).
ü El patriarcado ha muerto
‘’ El patriarcado durará hasta que las mujeres lo
sostengamos con nuestras fantasías’’.
(Marcela Lagarde, 2000: 72).
Al referirnos a estas palabras no hablamos del
aspecto social, sino que las mujeres ya rechazan este tipo de vida a las cuales
fueron inducidas.
‘’Si dejáramos de fantasear tanto, ya le hubiesen
puesto un ‘’hasta aquí’’ a muchos hombres. ’’ (Marcela Lagarde, 2000: 72).
La relación se daría por igual, sin el
empoderamiento del varón ante la mujer. Pero esto está cambiando, pues ahora
son miles de mujeres las que han puesto un ALTO al patriarcado en sus
relaciones pues la relación es de dos, el poder es de a dos.
§ Hacia la negociación en el amor
ü Protagonistas con derecho al amor
‘’ Ser protagonista de la vida significa entender
que tengo el derecho al amor’’. (Marcela Lagarde, 2000: 88).
A un amor
que no me ate de manera sumisa a mi pareja. Que me permita ser autónoma, que
permita mi desarrollo profesional, intelectual y social pleno. Tenemos derecho
al amor, pero no tenemos derecho a creer inferior al varón. No idealicemos el
amor. No veamos en el hombre nuestra salvación o el que llego para hacernos un
favor .Los dos forman uno solo, los dos se merecen por igual.
- Culpa
de mujer
§
Príncipes
azules y otros mounstros
¿Las
personas en verdad se casan por amor? ,
esta es una de las típicas
preguntas que tenemos en nuestra sociedad si bien es cierto sabemos que el matrimonio
es una institución , una célula económica
, un contrato entre dos personas
, es que acaso el amor es solo un
papel y firmar que vivirán felices por siempre o que solo compartirán los bienes y realizaran gastos para su futuro .
Este tema
del amor se ha dejado de lado ahora ya que se casan solo por beneficio, y en el
caso de las mujeres , esperan la llegada
del hombre ideal que le den todo , es decir los denominados príncipe
azul.
“Hay
mujeres con complejo de Bella Durmiente; creen que comenzarán a vivir
plenamente a partir del momento en que inicien una relación idílica con «la
persona de su vida» o su «Media naranja» y eso es, para ellas, una meta. No tienen
un proyecto de vida personal. Son dependientes y condicionan al encuentro con
otro (un «príncipe azul», un «salvador», un «protector» o un «trofeo») toda su
existencia.” (Paloma Aznar Vampirella, 2010: 133 - 134)
§
El amor
en la pantalla del ordenador: ¿virtual o Real?
Es muy
común dejarnos llevar por apariencias
de personas por el grado de
confianza que podamos presentar y esto hace
que con el tiempo muestran sus
verdaderas caras , ahora es muy común gracias a la tecnología que avanzado mucho, las
personas consiguen parejas vía internet
ya sea por varias redes sobre todo el llamado Facebook y
aquellas páginas donde orientan e incentiva para aquellas mujeres que si en caso de tener suerte encontraran a su media naranja .
Son poco
el porcentaje que consiguen a personas que no
se disfrazan y muestran sus verdaderos sentimientos , ha habido muchos casos de esto , hasta se llegaron a casar y tener hijos . Pero como se dice que no todo es color de rosa
también existe casos que esas personas
atrás del ordenador solo tratan
de atrapar sobre todo a las mujeres y así poder
conseguir su objetivo , primero
les mete ideas de que son
empresarios , que tienen mucho
dinero y que sería lindo conocernos y como ahora la sociedad solo existe los beneficios estas
caen sin pensar en las consecuencias
y riesgos que puedan tener .
Así que
es depende de la persona de con quien esta interactuando vía internet, debemos ser cuidadosos cuando entremos en el mundo del ordenador, intentar no vivir las ilusiones de nuestra multiplicidad muy en serio, para no
correr el riesgo de implicarnos sentimental o emocionalmente y, sin quererlo,
herir nuestros sentimientos y concepto del amor.
“En el
mundo virtual uno puede vivir todas sus fantasías”. (Ana Luisa Valdés di
Vietri, 2010: 219)
CAPITULO IV
- Análisis del Enfoque grupal
En pleno
siglo XXI podemos darnos cuenta que las definiciones de amor van variando de acuerdo va transcurriendo el tiempo,
influyendo bastante el proceso de
maduración de cada una de las mujeres.
Anteriormente
el supuesto “amor” se basaba en la protección por parte de tu conyugue y sobre
todo por la mejor calidad de vida que podría ofrecerle, en otras palabras se
basaba en la subordinación y sumisión, es decir el mantenerla esclava ante los
quehaceres del hogar y los hijos. Actualmente la mujer ha ido abriéndose
caminos hacia nuevas oportunidades y ante todo apuntando y mirando hacia un
nuevo futuro, hacia una futura dependencia, pero cabe resaltar que no todas lo
han llegado a lograr.
Es
interesante poder escuchar la variedad de opiniones que nos pueden ofrecer
cierto grupo de adolescentes que a través de su corta edad han podido
transmitirnos ciertas experiencias y opiniones acerca del concepto que tienen
de amor.
Pudimos
darnos cuenta que a través de la experiencia de una adolescente, observamos el
concepto tan distinto que tenía acerca del amor, ella decía: Tatiana “ El amor
no existe, de hecho en una relación hay afecto y todo eso pero amor amor amor,
pues no! El amor de hecho no existe”, opinión que genero el debate ya que las
demás adolescentes no estuvieron de acuerdo con dicha opinión, ellas tenían
otra perspectiva o punto de vista acerca de este sentimiento.
Lamentablemente
confundimos la palabra Amor con el término de Sufrimiento, pensando que eso es
parte natural de una relación, que cuando esto llega al punto de agresión
terminamos justificándolos. He aquí podemos apreciar el ejemplo que nos brinda:
Brenda Morales “yo perdonaría una
infidelidad, dependiendo el tipo de engaño, y si se le ve reflejado en
él, el instinto de cambio”.
Podemos
ver como algunas mujeres soportan aunque les desagrada, pero tienen la
equivocada idea que la vida sin su pareja puede ser fatal, es así que siguen
soportando ciertos abusos que aunque no lo parezcan, son violentos.
Un tema
que ha perdurado siempre, y que seguirá siendo un tema de discusión son los
CELOS, que se basa en mitos y creencias que hasta el momento no ha podido ser
eliminados en su totalidad.
Se suele
confundir mucho como el acto de protección y control sobre lo que se hace, y
llegamos a pensar que nos celan porque nos quieren.
Vivimos
en un mundo tan lleno de prejuicios, que
hasta hemos adoptado la tonta idea que es nuestro deber como mujer “amar”, y
aunque no lo queramos aceptar, seguimos alimentando el mismo círculo vicioso.
“La vida
de las mujeres está marcada por acontecimientos relacionados con el amor. A
nosotras el amor nos marca la vida, y nos la marca de una manera sustantiva, no
superficial ni formal, y son acontecimientos ligados al amor los que ponen fin
a otras etapas” Marcela Lagarde.
Es muy
interesante saber que acontecimiento ha marcado nuestra vida, como la famosa
frase: El primer amor nunca se olvida, pues ya sea buena o mala la experiencia,
nos marcó y para siempre.
Fue
irónico escuchar la frase: “Ni para recordarlo”, cuando se le hizo la pregunta
a Linda acerca de su primer amor. Desde esta perspectiva podemos rescatar algo
valioso, que quizás ni ella misma pudo haberse dado cuenta, es aquí que cabe
resaltar la gran marca que perdurará por el resto de su vida, que como ya lo
escuchamos fue una mala experiencia.
Todos
sabemos que “una señorita” es considerada como tal, cuando aún es “virgen”. Que
actualmente ya no es considerado como un tabú, como se lo consideraba antes, y
es que ahora, ya hasta ni importancia se le toma. Al hacerles esta pregunta a
las adolescentes, se quedaron un poco anonadadas, que muy en el fondo para
ellas aun importa. Pues esperan que sea con la persona indicada con la cual se
sientan seguras, protegidas y amadas.
Pero, es
que ¿aún esperan al príncipe azul?, según lo que nos dicen, no lo esperan,
simplemente esperan a un hombre que tenga ciertas características y errores que
aunque no les guste terminen aceptándolo.
Claro
está que no es así como ellas lo plantean, pueden decirnos mucho, pero al final
de todo, la conclusión siempre seguirá siendo la misma, por el mismo hecho que
a todas nos criaron y enseñaron igual, seguimos con la absurda idea, y por más
que lo digamos de cualquier forma y tratemos de decir lo contrario, para uno
siempre existirá el príncipe azul.
El unir
la intimidad con la pasión, se convierte en una gran hazaña por parte de las
mujeres, es decir lo toman como parte de ellas, y es considerado como propio
del amor romántico, sonando irónicamente, cursi.
Algo que
me gustaría resaltar y que he podido observar en muchos casos, que hasta hemos
llegado a creer que para ser amadas tenemos que ser hermosas, lindas, tener ese
cuerpo estético y que si sucede lo contrario, nos auto culpamos pensando, ¿Qué
hice mal?, para poder entender el porqué, de que no me quieren. Que
lamentablemente no es algo mutuo con el compañero del sexo opuesto, puesto que
la misma sociedad nos ha condicionado que hasta el hombre más “feo” tiene
derecho a ser amado por mujeres lindas.
Para
finalizar, el mayor temor que tenemos es el quedarnos solas. Es así que este
círculo vicioso sigue aumentando ya que permite que soportemos todo y que
confundamos ese todo con la palabra “amor” que esconde sumisión, violencia,
subordinación y machismo.
5. Conclusiones
§ Es un amor íntimo que incluye la tragedia y puede ser alimentado con la
transgresión, pero también producir triunfo. Con él se idealiza a la persona
amada desde la sexualidad terrenal y la lujuria; es un encuentro de espíritus y
presupone una comunicación psíquica.
§ Podemos hablar de 19 mitos, falacias y falsas creencias acerca del ideal
de amor romántico que podrían aglutinarse a su vez en 4 grupos y cuya asunción
supone un importante factor de riesgo para establecer relaciones de
desequilibrio de poder en las parejas y por tanto de la violencia de género.
§ Las mujeres románticas son soñadoras de situaciones idílicas y creen en el
amor verdadero sin límites. Son un volcán de sentimientos, sensibilidades y
sensaciones.
§ Los celos son
una respuesta emocional compleja y perturbadora, que surge cuando
una persona percibe una amenaza hacia algo que considera
como propio.
§ El amor romántico, además de ser una hermosa utopía colectiva, puede
convertirse en una enfermedad que lleva a la gente a la desesperación y a la
muerte
6.
Bibliografía y Linkografía
§
Anónimo ( 2011) “ Psicología de la pareja” Pág. 79
§
Lagarde Marcela
(2001) “Claves feministas para la
negociación en el amor.
§
Fundación insonomia (2010) “ Miedos , culpas
, violencias invisibles y actos “ )
7. Anexos
“GRUPO FOCAL“
Silvia: (Hola chicas como están, gracias por
venir y compartir este momento, yo soy
Silvia y mi grupo a continuación se va a presentar).
Gabriela Pinto: (Bueno mi nombre es Gabriela Pinto
y estoy llevando la carrera de psicología).
Gianella: (Mi nombre es Gianella y estoy feliz que
nos acompañen).
Gabriela Castro: (Mi nombre es Gabriela Castro y
curso el primer ciclo en la carrera de psicología).
Gabriela P: (Primero nos gustaría saber sus
nombres, por favor, empecemos por acá).
Giuliana:
“Muy buenos días, mi nombre es Juliana Vargas García, también estudio la
carrera de psicología, en el cuarto ciclo”.
Tatiana:
“Bueno mi nombre es Tatiana y al igual july también estudio psicología cuarto ciclo”.
Fiorella:
“Mi nombre es Fiorella, yo estoy en el primer ciclo de psicología”.
Linda:
“Mi nombre es Linda y también estoy en el primer ciclo de psicología”.
Jasmine:
“Mi nombre es Jasmine y también estoy en el primer ciclo de psicología”
Brenda:
“Mi nombre es Brenda y también estoy en el primer ciclo de psicología”.
Gabriela Pinto: (Bueno ahora que ya las conocemos,
a continuación vamos a presentar el trabajo que vamos a realizar).
Silvia: (Claro, a ver chicas díganme sus
experiencias, ¿para ustedes que es el amor? o ¿Qué creen? ¿Qué significa?, no
se intimiden, dígannos).
Gabriela Castro: (a ver alguien de ustedes tiene
enamorado? ¿Son solteritas? recibiendo curriculum vitae).
RISAS……
Gianella: (por lo menos han tenido experiencia o
pareja, de algún enamorado, alguien que nos quiera comentar su experiencia).
Gabriela Pinto: ( ¿Quién es la primera valiente de
demostrar lo que ha vivido con esa persona especial).
Linda:
“Ni para recordarlo”
RISAS…..
Silvia: (¿pero porque no recordarlo?, ¿Qué paso?,
el amor no es siempre bonito, también tiene un lado de decepción).
Gabriela Castro: (claro como dicen, el amor a veces
es sufrir, ¿Qué opinan ustedes?, a ver opiniones por favor).
Linda:
“Yo creo que si no, tiene sus altos y bajos”.
Gianella: (Claro, altos y bajos pero que sentiste,
como lo puedes representar).
Linda:
“Nada, la última relación que eh tenido ha sido de dos años con un chico en
tumbes, pero por motivos de que me vine habían muchos problemas y terminamos”.
Gabriela Pinto: (ya, pero ¿cómo te llevabas en tu
relación con él?)
Linda:”
bien, bien”.
Silvia: (¿Tus padres lo sabían?)
Linda:
“Sí, si sabían, yo les conté”.
Gabriela Castro: (¿y alguien que haya tenido una
relación larga así como la de Linda?)
Silvia: (a ver chicas ustedes que están en mayor
ciclo de psicología, dígannos que tal sus experiencias, en el amor, desamor).
Tatiana:
“Es que mira, el amor, para mí, no es tanto como lo pintan de colores, de
rosas, ahora se podría decir, que yo prácticamente, eh no sé, que el amor es
diferente, la palabra significa amor, pero su significado es muy distinto a lo
que las personas piensan, porque en si no es el sentimiento que esa persona
tiene, puede ser que dure por mucho tiempo como puede ser que no pues. Entonces
uno nunca va a decir, ahí yo lo amo, simplemente, que aunque suene duro, el
amor no existe”.
Gianella: (¿entonces para ti el amor, no existe?)
Tatiana:
“Si, yo pienso que no existe. Pienso que existe otros sentimientos hacia esa
persona, pero amor amor amor amor, nunca va ser puro y verdadero. El
significado que yo tengo, o el concepto que tengo de amor, es un poquito
diferente, no como te digo o sea, pienso que bueno, como te explico”:
Gabriela Pinto: (¿Te han decepcionado alguna vez?)
Tatiana:
“No”
Gabriela Castro: (Entonces ese es su significado,
alguna también que comporta esta conclusión. O tal vez para otras chicas amor
es mariposas en el estómago, y que cada vez que la persona te pones roja).
Linda:
“Supuestamente “enamorados” es cuidarnos, estar juntos, en mi caso no me gusta
mucho la cursilería”.
Silvia: (Entonces el romanticismo, para ti no es
tan importante para lo que es el amor).
Giuliana:
“Lo que pasa es que muchas veces confundimos lo que es el amor con una ilusión,
muchas veces nos ilusionamos, pensamos que esa persona es como se dice el amor
platónico, verdad, es por eso que muchos dicen el amor platónico, pero no, porque el amor como dice no una frase bien
amplia, ¨el amor todo lo puede, todo lo soporta, lo espera ¿verdad? y uno
porque desesperarse tener una persona a tu lado, si hay varias etapas que
pasamos, y en esas etapas que pasamos, vamos madurando”.
Tatiana:
“Perdón que te corte July, pero mientras va pasando el tiempo, vas madurando,
no es que no crea en el amor, pero ese significado ha ido cambiando”
Linda:
“ya no es el amor que creemos cuando éramos niñas, creemos que esa persona va
ser para siempre pero cuando va madurando, vas entrando en la realidad, te das
cuenta que solo tienes que pasar por esas etapas”.
Giuliana: “Eso es cierto porque cuando llegamos a una
edad determinada, quieres ya tener una persona realmente a tu lado, tenerlo ya
para toda la vida como se dice, que sea inteligente, en esa edad quiero pasarlo
con una persona pero no tienes una decisión bien exacta de lo que quieres
porque aún no terminamos la carrera ¿verdad?”
Jasmine:
“Lo malo de nosotras las chicas es que a esta edad lo hacemos todo con más
intensidad, lo vivimos a full, a montón. Pensamos que estamos enamoradas, bueno
eso es un sentimiento muy bonito ¿no? Porque es una etapa por la cual pasamos y
mientras tú vas madurando ya no vives las cosas con más intensidad, tienes una
relación más madura con esa persona, y ya no piensas solamente en vivir
apasionadamente, o sea ya todo es más concreto, tienes otra respuesta o
definición.”
RISAS…………
Silvia: (Bueno nos están dando lecciones que nos
sirven.)
Jasmine:
“Pero nosotras también somos chibolas”.
RISAS
Gabriela P: (Pero chicas ustedes que entienden, no
sé, ya hemos hablado del amor, son etapas que vamos a ir madurando poco a poco,
y del romanticismo, no sé, ese el toque que le da a la relación, alguna cita,
una salida, una carta).
Tatiana:
“Claro, pero hay personas que son frías, en ese aspecto, y hay personas que son
más detallistas, a ver yo les comento algo, yo en la actualidad tengo una
relación, con un chico bueno ya tenemos 2 años 5 meses, pero nuestra relación,
como les comento él ha sido criado todo así a lo frio, a lo seco y así bien
distante, y él es así conmigo. Es frio, pero de una manera u otra yo he
aprendido a poder comprenderlo y él ha podido aprender a comprenderme, por eso
yo lo entiendo y el me entiende, entonces él ha cambiado un poco pero no es que
sea un chico cariñosísimo que yo quisiera que sea, no lo es ¿no? Pero yo lo
acepto así, porque existe un sentimiento mutuo y el también por lo tanto como
sabe que yo soy así, que me gusta que me apapachen también me entiende y hace
el esfuerzo pero tampoco no es del todo para los dos, pero eso es lo que nos
mantiene unidos”.
Gabriela Pinto: (Bueno dicen que las mujeres son
mucho más románticas en ese aspecto, yo les pregunto a ustedes que esperarían
de un hombre, como les gustaría que fuera).
Silvia: (el príncipe azul como lo pintan en nuestra
cabecita, creer que va a llegar el príncipe).
Fiorella:
“Pero no existe”
RISAS…..
Gabriela Castro: (Pero, ¿Cuál es el modelo de su
hombre ideal?, el que siempre han esperado, el que sueñan.)
Gianella: (Una por una que nos haga una
característica de su hombre ideal).
Juliana:
“Yo creo que no existe un hombre ideal”
Gianella: (Claro, pero por lo menos algo que deba
tener)
Giuliana:
“Creo que a todas nos gustaría que sea detallista, que te enamore con
detalles”.
Gabriela P: (Entonces, aquí tenemos una
característica, que sea detallista).
Tatiana:
“Bueno que también sea detallista, cariñoso, comprensivo, inteligente, en si el
chico ideal para mí, que así con sus errores, lo que no le gusta de él y lo que
no le gusta de mí tratemos de sobrellevarlo y al final los errores te terminan
gustando, no es tanto acostumbrarte, sino aceptarlo”.
Fiorella:
“Detallista, comprensivo, inteligente también, que tenga buenos sentimientos y
que te comprenda”.
Gianella: (que te demuestre con hechos, no solo con
palabras, ¿no?)
Linda:
“que sea una buena persona, con eso que dije que no me gustan las cursilerías,
o sea yo soy fría”.
Jasmine:
“que sea cariñoso, respetuoso, sociable, amable, inteligente”.
Brenda:
“Un chico cariñoso, detallista y sobre todo que sea inteligente”.
Silvia: (Un hombre inteligente, que piense,
interesante. En toda relación como ya lo menciono Linda, tiene altos y bajos,
es normal porque somos dos personas distintas, que al unirse chocan y hay
algunas cosas que no concuerdan, pero bueno también existe que todas poseemos
que son los celos.)
Brenda:
“esto es una etapa normal”.
Gabriela Pinto: (pero existen también los celos
excesivos, que llegan a tal límite que causan daños irreparables y lo cual
genera con ello la desconfianza, la desunión y empiezan los problemas, no sé si
ustedes han tenido una situación de celos que han pasado de los límites, lo
cual ha tenido algo que ha chocado que les ha afectado. ¿Quién de ustedes ha
pasado por una situación así?)
Linda:
“Yo si soy muy celosa, con un enamoradito por ahí, con mi mama, con mi papa”.
Giuliana:
“Lo que pasa que los celos es algo normal, pienso que no hay que ser melosas,
si él se va por ahí con sus amigas que me lleve, y si salen con sus amigas,
porque sale con sus amigas”.
Tatiana:
“por eso, pero hay celos con fundamento y sin fundamento, por eso hay celos con
alguna razón”.
Gianella: (Tal vez es porque ha pasado algo).
Gabriela Pinto: (quizás por relaciones anteriores
que hayan tenido y algunas desiluciones, decepciones y todo eso ha ido acumulando en la persona
actual con la que estas).
Brenda:
“O también cuando existe una infidelidad”.
Linda:
“si existe una desconfianza pues aumenta, y si hay una infidelidad ya no es la
misma confianza”.
Silvia: (¿aumenta?)
Todas:
“si porque la confianza no es la misma”.
Gabriela Castro: (confianza es igual a
comunicación, me parece que eso debe ver en toda relación. No se chicas ¿Quién
creen que da más en una relación?, el hombre o la mujer.)
Tatiana:
“yo pienso que ambos dan en una relación, que mantenerla o no dependen de los
dos.”
Giuliana:
“pero mayormente de la mujer”.
Linda:
“Mayormente da más el que está mucho más enamorado pues, pero en su totalidad,
las mujeres porque nosotras nos ilusionamos más rápido”.
Gianella: (Y ustedes como piensan que es el perfil
de una mujer ustedes siendo mujeres, como es el perfil en ese aspecto del amor
romántico).
Silvia: (Claro, o sea como se desenvuelve la mujer,
qué características tiene la mujer dentro de la pareja, o sea con el varón, por
ejemplo es más detallista, o tal vez es la que organiza todo.)
Tatiana:
“Pero depende, porque hay chicas cariñosas y detallistas como chicas frías que
no expresan lo que sienten.”
Gabriela Pinto: (A mi algo me llamo la atención de
lo que dijo ella, que amor es a veces sufrimiento y aunque suene raro decirlo, algunas veces así hemos sufrido por amor?, no sé si quieren compartir su
experiencia…)
Jasmine:
“Cada vez que tú vas a sufrir por amor, vas a madurar mucho más, y ya no te vas
a fijar en el mismo error siempre o sea, te fijaras en otro error entonces
pues”.
RISAS….
Gianella: (Pero vamos al hecho de que ese
sufrimiento pueda marcar tu vida, o bueno que puede generarnos más
desconfianza, inseguridad, etc.)
Giuliana
“Pero te puede marcar de acuerdo a como tú lo vives.”
Gianella: (¿Cómo así?)
Giuliana:
“mira les voy a contar un caso, lo que pasa es que si tú sigues sufriendo por
lo que paso, nunca vas a poder superarlo, pero si tú decides contar ese límite
de sufrimiento y empezar a vivir nuevamente, porque eso depende de ti nada más,
en la decisión que puedas tomar”.
Tatiana:
“Pero hay estamos hablando de otro tema porque si la chica no lo está superando es porque necesita terapia
no!”
Linda:
“Claro, hay mujeres independientes que ya, o sea piensan no! Porque mira si no
se dio, no se dio pues, y fácil, en lugar de estar ahí sufriendo, ay que
superarlo y vivir la vida”.
Brenda:
“pero hay que saber entenderla, si ella lo toma si es por algo, dependió tal
vez mucho de él, y eso es un factor que influyen a la persona para reprimirse”.
Gabriela Castro: (si es cierto, muchos problemas
pueden influir, y ustedes chicas, ¿Qué consideran que existe solo un tipo de
amor o existen varios tipos de amor?)
Juliana:
“Existen varios, como el amor de madre, a sus hermanos, a un objeto como a su
peluche”.
Silvia: (Ya pero ustedes creen que las personas
pueden justificar sus acciones diciendo que es un amor o es como yo amo a esa
persona, o comportándose posesiva, controladora).
Fiorella:
“Pero entonces ahí ya no existe el amor”.
Brenda:
“entonces sería algo malo, algo que va en contra de la persona”.
Gianella: (Aja, eso ya no sería amor, sino un
problema que tiene la chica).
Linda:
“Pero a veces eso también lo tiene el hombre, porque cree que la mujer le
pertenece, es de su propiedad y que puede hacer lo que él quiera entonces como
que ya hay como un “amor” entre comillas.”
Tatiana:
“Claro, pero ese es el hombre machista pues”.
Silvia: (Bueno el machismo es algo que repercute
mucho y más en nuestra relación.)
Todas:
“Pero la mujer es la que permite el machismo”.
Gabriela Castro: (Claro, las mujeres que lo
permiten también no! Porque o sea todo depende de la mujer y como que todo va haciendo
una cadena o un círculo vicioso.)
Jasmine:
“pero depende también de cómo nos han criado y porque la madre a veces dice que
la niña tienda la ropa y el niño que siga mirando televisión, entonces ahí ya
está que lo cría machista”.
Gabriela Pinto: (O porque tú eres hombre no puedes
hacer esto, eso son cosas de mueres).
Silvia: (y que opinan de eso que dicen: “La mujer
solo un enamorado y si puede se casa y forma una familia, en cambio el hombre
por más mujeres tenga más machito es, eso me parece algo tonto, bueno no sé si
ustedes comparten mi opinión y esto tiene que ver con el amor, porque algunas mujeres piensan” él es
mi enamorado, tengo que soportarlo, comportarme bien con él y todo eso.)
Jasmine:
“Claro depende de la crianza y de las ideas que se les ha dado desde
chiquitos”.
Gabriela Pinto: (Aja, y ustedes creen que nosotras
desde pequeñas nos educan para amar o para servir?)
Giuliana:
“Nos tiene y nos deberían educar para amar, porque desde que nacemos, nos
formamos en una familia, en el hogar, se supone que tus padres te tienen que
tener cariño, comprensión, respeto, comunicación y todo eso para que tu te
formes bien no! Y sin tantas patologías”.
Gianella: (Eso es cierto el amor empieza sobre todo
en la familia.)
Gabriela: (Chicas algo que quieran contar acerca
del amor, alguna experiencia?)
Jasmine:
“Ya yo les voy a contar… Bueno yo tuve una relación de 1 año 8 meses con un
chico de Rioja, y bueno todo era bonito no!, hasta que yo me vine aquí a
Trujillo a estudiar y bueno él se fue a Chiclayo a un Internado. Pues las cosas
fueron cambiando y solo hablábamos una vez por semana y o sea eso era feo no,
porque yo lo quería y me gustaba hablar mucho con él, pero bueno me sentía sola
comencé a salir, a conocer a más gente y bueno un día discutimos y le termine,
es ahí donde yo mantengo una relación de 2 días con un chico, el cual se
ilusiono demasiado conmigo que hasta subió unas fotos donde salimos juntos, y
todas mis amistades se sorprendieron no! Porque pensaban que aún estaba con el
otro chico, bueno termine con él porque me grito y yo no estaba dispuesta a
tolerar eso y bueno luego hablamos con mi ex, porque me di cuenta que en verdad
lo queria y bueno le pedí disculpas por lo que hice y se podría decir que
estamos e plan de regresar aunque él aun no olvida lo que paso, pero estamos en
eso. Y espero que todo se solucione porque en verdad yo lo quiero mucho y
espero que todo se solucione”.
Gianella: (pero ha tenido que pasar algo para que
te des cuenta que lo quieres…)
Jasmine:
“Bueno si, pero ahora estoy segura que lo quiero y que se solucionara”.
Silvia: (Retornando lo que dijeron anteriormente,
que vamos madurando poco a poco, es verdad no! Porque ya no son ilusiones o
niñerías lo que sentimos.)
Giuliana:
“Claro y nadie se va a quedar con el pasado o con su daño, hay que disfrutar
los momentos que pasamos junto a esa personita”.
Silvia: (Aja, y hay una idea que siempre perdurara,
no es por ser machista ni mucho menos, la virginidad, porque amor romántico
significa intimidad + pasión, ustedes que opinan de eso?)
Tatiana:
“Bueno la virginidad si un tema de mucho
que hablar, pero antes era mucho más valorado por las mujeres, ahora ya no
mucho es por eso que existen esas fiestas semáforos, o como se llamen no!”
Brenda:
“Si pues pero eso depende también de cada una, de cuanto se valora, se respeta
y se quiere.”
Linda:
“Si de hecho, pero creo que tenemos que saber el momento preciso, con quien lo
vas a hacer, y sobre todo saber lo que vas a hacer, no porque él quiere, sino
porque tú quieres, y porque te sientes preparada.”
Gabriela Pinto: (Claro, y que opinan de la
frasecita mas típica” la prueba del amor”)
Giuliana:
“Bueno eso es floro no! Porque lo único que quieren es eso y no se dan cuenta
el valor o lo que significa para nosotras”.
Fiorella:
“Pero yo creo que debemos hacerlo con una persona que nosotras amemos y que sea
para toda la vida”.
Gabriela Pinto: (Bueno si, otra idea chocas que
tengan sobre la virginidad?)
Linda:
“Bueno yo les pregunto algo, si por ejemplo: tu estas con un chico y tienes
relaciones con él, pero las cosas no funcionaron y terminaron y bueno luego te
abres para otra persona y ustedes creen que sería el mismo valor para la otra
persona?”
Gianella: (Claro que no será lo mismo porque él ya
sabrá que estuviste con otro, pero si te ama y te valora de hecho que valorara
también lo que hacen y lo que tu significas para él).
Gabriela Castro: (Aja, pero lejos de lo que él
diga, tú tienes que valorarte, amarte y respetarte, dándote siempre tu lugar y
amando todo lo que es tuyo siempre que nadie te dañe ni te ofenda tu sabes lo
que vales y lo que eres, así que no dependes de nadie para ser feliz.)
Fiorella:
“Claro eso es cierto porque nosotras debemos amarnos como somos y valorarnos
siempre.”
Silvia: (Cierto. Bueno Chicas gracias por su
atención, su tiempo y por dedicarnos estos minutos, mil gracias por eso, por
contarnos sus experiencias, darnos su puntos de vista, y por habernos apoyado
en la realización de este video. Muchas gracias chicas que les vaya bien y que
Dios las Bendigas. Éxitos)