lunes, 16 de junio de 2014


ANALISIS DEL VIDEO PSICOMAGIA SOCIAL

La instrucción es: “No te limites, no sientas vergüenza, di exactamente lo que tengas que decir; es la oportunidad para que te liberes de eso.”

El video llamado “PSICOMAGIA SOCIAL” nos habla de un tema que se ha vuelto tan concurrido en las últimas épocas. Donde  las victimas ya no creen en la justicia de los hombres; sino se acoplan a la justicia divina, la cual creen que es la más adecuada pues temen no llegar al cielo o simplemente existe la vergüenza de que la sociedad los tache como aquellos a los que le sucedió algo “abominable”.
A continuación daré una breve recopilación sobre el confesionario de una víctima de abuso sexual  y un sacerdote y desde ahí empezaremos con el despliegue de nuestro análisis.
·         NIÑA: “PADRE, he pecado. Me he acostado con mi tío. Me llamaba todos los días a su cama y me tocaba. Me colocaba el pene entre mis piernas y me tenía así alrededor de mi estadía en su casa (algo de 15 días).”
Ø  El SACERDOTE: “Bueno, bueno no lo vas hacer mas ¿verdad?”
Expreso mi horror ante estas declaraciones, porque no se conque otro adjetivo calificar lo que observe en el video. Y coincido con la victima totalmente. Como un “Bueno, bueno no lo vas hacer mas ¿verdad?” con esto el sacerdote tacha a la víctima como la provocadora del acto. ¿Por qué se da esto? ¿Acaso ella no es la niña? ¿Ella no es la victima? ¿Ella no sufrió el trauma? Y encima de ello, es  ella la que NO LO TIENE QUE VOLVER HACER. Esto deja que pensar de la IGLESIA, pues no es acaso el lugar donde tenemos que estar a salvo y en paz CON NOSOTROS MISMOS. ¿A dónde va toda esa enseñanza?
Ella dice: “La IGLESIA me destruyó.” La tornaron en un espejo roto, imagínate que se rompe un espejo y te miras, lo que tenemos son imágenes fragmentadas (…) Todo el rato eres tú, pero tu identidad es fragmentaria” (Lucas Platero) Esos fragmentos son significados de inocencia perdida, temor, miedo, preguntas por responder: ¿Quién soy yo? ¿Qué hago ahora?, son significado de una penitencia que consiste en cuatro o tres padres nuestros y que “supuestamente” eliminaran de ella esa culpa tortuosa que la persigue, y si no la elimina, como buena cristiana tendrá que aprender a vivir con ello.
“Me  destruyó como mujer. Me sacó mi derecho al placer, al sentir, a mirar a los hombres como algo bello” “Me he unido al dolor y al sufrimiento. Me hice una falsa santa, una mártir.”
Y es aquí donde se acopla perfectamente la cita extraída de Bethsabé Huamán Andia. “Se vive el cuerpo más como lugar de dolor que como lugar de placer, debido a la dinámica de la sociedad de consumo, puede parecer lo contrario. Hay miedo al placer. El placer se asocia al pecado, lo sucio, lo feo, lo desagradable, lo inmoral, la culpa, el castigo” y como esta mujer, no va a tener miedo si su vida consistió en una mutilación de su sexualidad desde sus primeros comienzos a experimentar. No le dieron opción a encontrarse con ella misma. A reconocerse, a crecer. Como ella misma menciona, se convirtió en una mártir. La que siempre sufre, la que vive por los demás. ¿Dónde quedo ella como mujer? En el olvido me temo decir. “La tocaban con pañuelos” porque era vista como alguien sin mancha, PURA. Nadie se imaginaba que detrás de todo ello se hallaba una niña indefensa que gritaba desesperada pero que nadie se tomaba la molestia de oírla; todos vivían ensimismados en sus cualidades y virtudes; pero todos desconocían los demonios que en su interior habitaban.
(William Blake) “Esta libertad obscena, orgiástica, que despierta en el hombre su animalidad profunda estaría mostrando la necesidad, o más bien el impulso, para nada inocente, de reunir la bestialidad con el reino del espíritu.” Yo a veces me pongo a preguntar: ¿los hombres tienen tanta necesidad de hacer erectar su pene? ¿Son seres tan decadentes que tiene que forzar a otras personas a realizar sus bajos instintos para que puedan sentirse realizados? No creo que sea el caso de todos los varones, pues si esa fuera la verdad, entonces viviríamos en una sociedad repugnante donde “solo hay un sexo que es oprimido y otro que oprime.” (Monique Wittig)
Lo que debo destacar de lo observado fue la libertad que logro alcanzar la víctima para enfrentar y poder por fin quitarse ese “secreto de confesión” de encima. Aquí hay una emoción que merece llevarse un protagonismo: LA IRA, la cual es la emoción sanadora, y podría decirse salvadora de la víctima. Su ira se manifestó en un grito el cual “es una válvula de seguridad que permite la descarga segura de una fuerza largo tiempo aprisionada” (Alexander Lowen) y en este caso cuando el niño ha sido víctima de abuso sexual a muy corta edad, ha reprimido todo recuerdo de los hechos; suprimiendo los sentimientos asociados con ellos.
Es por ello que el terapeuta logro que la víctima dirija su enojo contra un varón del público (que era ajeno a lo confesado por la victima), haciendo éste el papel del sacerdote. Lo hizo  sentar frente al paciente en una silla. Y le pidió a la víctima que le diga todo lo que sentía en ese momento. Al principio existió un cierto grado de vergüenza pero después, la victima dejo aflorar toda la ira, el enojo que en ella había estado acumulado por tan largo tiempo. (Es la técnica de Alexander Lowen: dirigir el enojo contra el terapeuta)
Alexander Lowen. “Volver al cuerpo es un proceso doloroso, pero al reexperimentar el dolor, nos volvemos a conectar con la vida y los sentimientos que habíamos suprimido con el fin de sobrevivir.” Y fue lo que se dio. La victima REVIVIO. Y no solo ella, pues a su causa también se integraron las demás mujeres del público. El enojo puedo expresarse por medio de la voz, con palabras y con la mirada. Todas hicieron una fuerza común sobre ese corrupto que lo único que hizo fue tapar las morbosidades de un hombre que merecía todo el peso de la ley y que lo favoreció y quien sabe cuántas más víctimas habrán, más víctimas que comparten el mismo agresor, el mismo dolor, la misma resignación.
“Nuestra lucha más importante y emergente es combatir nuestra pasividad” (Monique Wittig) no quedarnos calladas ni creernos envueltas en el manto de la IGLESIA pues como lo hemos podido corroborar incluso la iglesia se presta para tapar obscenidades. No hablo de Dios TODOPODEROSO, sino de las crápulas que habitan en su casa, los cuales no sé
“si son pastores de ovejas o pastores de lobos hambrientos.”


No hay comentarios:

Publicar un comentario