ANALISIS DEL VIDEO PSICOMAGIA SOCIAL
La instrucción es: “No te limites, no sientas vergüenza, di exactamente
lo que tengas que decir; es la oportunidad para que te liberes de eso.”
El video llamado “PSICOMAGIA
SOCIAL” nos habla de un tema que se ha vuelto tan concurrido en las últimas
épocas. Donde las victimas ya no creen
en la justicia de los hombres; sino se acoplan a la justicia divina, la cual
creen que es la más adecuada pues temen no llegar al cielo o simplemente existe
la vergüenza de que la sociedad los tache como aquellos a los que le sucedió
algo “abominable”.
A continuación daré una breve
recopilación sobre el confesionario de una víctima de abuso sexual y un sacerdote y desde ahí empezaremos con el
despliegue de nuestro análisis.
·
NIÑA: “PADRE, he pecado. Me he acostado con mi
tío. Me llamaba todos los días a su cama y me tocaba. Me colocaba el pene entre
mis piernas y me tenía así alrededor de mi estadía en su casa (algo de 15
días).”
Ø El
SACERDOTE: “Bueno, bueno no lo vas hacer mas ¿verdad?”
Expreso mi horror ante estas
declaraciones, porque no se conque otro adjetivo calificar lo que observe en el
video. Y coincido con la victima totalmente. Como un “Bueno, bueno no lo vas
hacer mas ¿verdad?” con esto el sacerdote tacha a la víctima como la
provocadora del acto. ¿Por qué se da esto? ¿Acaso ella no es la niña? ¿Ella no
es la victima? ¿Ella no sufrió el trauma? Y encima de ello, es ella la que NO LO TIENE QUE VOLVER HACER.
Esto deja que pensar de la IGLESIA, pues no es acaso el lugar donde tenemos que
estar a salvo y en paz CON NOSOTROS MISMOS. ¿A dónde va toda esa enseñanza?
Ella dice: “La IGLESIA me
destruyó.” La tornaron en un espejo roto, imagínate que se rompe un espejo y te
miras, lo que tenemos son imágenes fragmentadas (…) Todo el rato eres tú, pero
tu identidad es fragmentaria” (Lucas Platero) Esos fragmentos son significados
de inocencia perdida, temor, miedo, preguntas por responder: ¿Quién soy yo?
¿Qué hago ahora?, son significado de una penitencia que consiste en cuatro o
tres padres nuestros y que “supuestamente” eliminaran de ella esa culpa
tortuosa que la persigue, y si no la elimina, como buena cristiana tendrá que
aprender a vivir con ello.
“Me destruyó como mujer. Me sacó mi derecho al
placer, al sentir, a mirar a los hombres como algo bello” “Me he unido al dolor
y al sufrimiento. Me hice una falsa santa, una mártir.”
Y es aquí donde se acopla
perfectamente la cita extraída de Bethsabé Huamán Andia. “Se vive el cuerpo más
como lugar de dolor que como lugar de placer, debido a la dinámica de la
sociedad de consumo, puede parecer lo contrario. Hay miedo al placer. El placer se asocia al pecado, lo sucio, lo feo,
lo desagradable, lo inmoral, la culpa, el castigo” y como esta mujer, no va a
tener miedo si su vida consistió en una mutilación de su sexualidad desde sus
primeros comienzos a experimentar. No le dieron opción a encontrarse con ella
misma. A reconocerse, a crecer. Como ella misma menciona, se convirtió en una
mártir. La que siempre sufre, la que vive por los demás. ¿Dónde quedo ella como
mujer? En el olvido me temo decir. “La tocaban con pañuelos” porque era vista
como alguien sin mancha, PURA. Nadie se imaginaba que detrás de todo ello se
hallaba una niña indefensa que gritaba desesperada pero que nadie se tomaba la
molestia de oírla; todos vivían ensimismados en sus cualidades y virtudes; pero
todos desconocían los demonios que en su interior habitaban.
(William Blake) “Esta libertad
obscena, orgiástica, que despierta en el hombre su animalidad profunda estaría
mostrando la necesidad, o más bien el impulso, para nada inocente, de reunir la
bestialidad con el reino del espíritu.” Yo a veces me pongo a preguntar: ¿los
hombres tienen tanta necesidad de hacer erectar su pene? ¿Son seres tan
decadentes que tiene que forzar a otras personas a realizar sus bajos instintos
para que puedan sentirse realizados? No creo que sea el caso de todos los
varones, pues si esa fuera la verdad, entonces viviríamos en una sociedad
repugnante donde “solo hay un sexo que es oprimido y otro que oprime.” (Monique
Wittig)
Lo que debo destacar de lo
observado fue la libertad que logro alcanzar la víctima para enfrentar y poder
por fin quitarse ese “secreto de confesión” de encima. Aquí hay una emoción que
merece llevarse un protagonismo: LA IRA, la cual es la emoción sanadora, y
podría decirse salvadora de la víctima. Su ira se manifestó en un grito el cual
“es una válvula de seguridad que permite la descarga segura de una fuerza largo
tiempo aprisionada” (Alexander Lowen) y en este caso cuando el niño ha sido
víctima de abuso sexual a muy corta edad, ha reprimido todo recuerdo de los
hechos; suprimiendo los sentimientos asociados con ellos.
Es por ello que el terapeuta
logro que la víctima dirija su enojo contra un varón del público (que era ajeno
a lo confesado por la victima), haciendo éste el papel del sacerdote. Lo
hizo sentar frente al paciente en una
silla. Y le pidió a la víctima que le diga todo lo que sentía en ese momento.
Al principio existió un cierto grado de vergüenza pero después, la victima dejo
aflorar toda la ira, el enojo que en ella había estado acumulado por tan largo
tiempo. (Es la técnica de Alexander Lowen: dirigir el enojo contra el
terapeuta)
Alexander Lowen. “Volver al
cuerpo es un proceso doloroso, pero al reexperimentar el dolor, nos volvemos a
conectar con la vida y los sentimientos que habíamos suprimido con el fin de
sobrevivir.” Y fue lo que se dio. La victima REVIVIO. Y no solo ella, pues a su
causa también se integraron las demás mujeres del público. El enojo puedo
expresarse por medio de la voz, con palabras y con la mirada. Todas hicieron
una fuerza común sobre ese corrupto que lo único que hizo fue tapar las
morbosidades de un hombre que merecía todo el peso de la ley y que lo favoreció
y quien sabe cuántas más víctimas habrán, más víctimas que comparten el mismo
agresor, el mismo dolor, la misma resignación.
“Nuestra lucha más importante y
emergente es combatir nuestra pasividad” (Monique Wittig) no quedarnos calladas
ni creernos envueltas en el manto de la IGLESIA pues como lo hemos podido
corroborar incluso la iglesia se presta para tapar obscenidades. No hablo de
Dios TODOPODEROSO, sino de las crápulas que habitan en su casa, los cuales no sé
“si son pastores de ovejas o pastores de lobos hambrientos.”
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