domingo, 4 de mayo de 2014

Comentario

COMENTARIO

Una vez más nos volvemos a sumergir en los roles de género. Ahora ¿cuál es la causa? Pues la posesión de nuestros cuerpos; esa masa muscular bien definida que todos poseemos. ¿Porque digo que la disputa será sobre nuestros cuerpos? Pues al relacionarlo con la sexualidad nos damos cuenta que nuestro CUERPO es solo eso, masa muscular. Entonces ¿Dónde queda la sensación, el placer y gozo? Aquí el dominio del hombre entra en zozobra, porque aunque diga que el cuerpo de la mujer le pertenece, y siguiendo los parámetros planteados eso tiene algo de cierto, la verdad es que èl mismo le teme a su propio cuerpo. No lo sabe explicar, no lo sabe entender, solo lo usa. ¿Para qué? Para tener sexo.
Y aun así, teniendo sexo el hombre no es pleno. Se prohíbe así mismo gozar de esa actividad placentera porque su erotismo es nulo. Y en ello la mujer si tiene el poder. La mujer muestra su erotismo libremente, así como también su sensualidad. La mujer goza y vive. El hombre se oculta debajo de las sabanas. O en otras excepciones compite contra la mujer para saber quién es el mejor en la cama.
El punto aquí es que los dos son marionetas utilizadas. Porque ninguno de los dos poseen cabalmente su libertad sexual. A la mujer la ven como la procreadora, la que tiene que reproducir y tal vez por ese motivo se le permite gozar, pues luego sufrirá, sangra y así lograra su felicidad. Por otra parte al hombre lo han asexuado. Este término puede confundir,  pues algunos como yo en un principio le daremos el ahínque de castración. Pero no! El ser asexuado significa ser negados de características sexuales y con ello establecer una confusión en relación con sus gustos y orientaciones sexuales.
La literatura está, también, muy relacionada con la sexualidad. Esta lectura nos muestra tres poesías relacionada con el hombre, cuerpo, mujer y placer.  De estas tres lecturas salen a la luz algunas ideas importantes como: “existe un temor al placer”, “el hombre al temerle a su sexualidad, se esconde y utiliza la sexualidad de la mujer”, “no todo tiene que ser sexo, erotismo, placer y cuerpos; también existen las emociones como el amor que hacen ver el cuerpo y forma del amad@ como algo mágico, místico y maravilloso”

Quiero terminar esto brevemente: “Digámosle NO al miedo al placer, vivenciemos nuestra sexualidad. En esta unión única y placentera evitemos introducir términos de dominancia. Respetemos nuestros cuerpos, no los esclavicemos a una cultura que ve al placer como algo sucio, impuro  y ruin.”

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