COMENTARIO
Hoy en día se le da mucho énfasis al tema de
HETEROSEXUALIDAD, pues consideramos que es el orden social que todos debemos
seguir, ya sea para el establecimiento de una familia o para encajar en lo que
denominamos sociedad. Tenemos este pensamiento, que si bien es cierto no es consiente;
siempre ha estado presente: “Esta va bien ser Heterosexual, está mal NO serlo”.
Cuestionamos, despreciamos, discriminamos y nos alejamos de las personas
lesbianas, gays ya que no siguen estos parámetros y nos aterra la idea de
enfrentar lo que ya está estipulado.
Creemos que los NO HETEROSEXUALES no pertenecen a nuestra
sociedad, los ponemos en un escalón bajo, pero siempre eh oído hablar de que el
hombre estipula esto, el hombre piensa esto, si el hombre lo hace está bien, y ¿Dónde
queda la mujer? Nos atrevemos a ningunear a los demás y no nos percatamos que
estamos siendo ninguneadas, desde muchos años atrás, incluso mucho antes de que
exista en la vida pública lo que se denomina homosexualidad y lesbianismo. Vemos
aquí el control tan ejercido por parte del hombre sobre la mujer, el no
permitirle destacar, al tenerla en sus manos, manipulando creando historias
donde ella no es protagonista y si lo es, es puro espejismo. Se nos ha metido
en la mente que ser MADRE es el elixir de nuestra vida, que si no somos madres
estamos vacías, no estamos desarrolladas ni mucho menos hemos llegado a la
plenitud. Grave error, pues se nos mentaliza con argumentos a favor de seguir
con la cabeza gacha y no nos permiten vivir al igual que ellos, en el mundo que
nos pertenece por igual.
Simone de Beauvoir: “no se nace mujer, se llega a serlo.”
Esta
frase me conmovió mucho. Siempre pensamos porque tiene vagina es mujercita y
porque tiene pene es hombrecito. SEÑORES, son nuestros órganos sexuales que si
bien es cierto nos diferencias pero no nos catalogan como tal. Sino fijémonos en
el caso de las lesbianas, son mujeres pero son consideradas como “marimachas”, “machonas”,
“casi hombres.” En qué documento natural está estipulado que debemos ser sexys,
sumisas, pasivas, madres, fieles, niñas protegidas. En ninguno. Es la sociedad
que nos vuelve así. La verdadera mujer, lucha por lo que tiene y quiere. Establece
una personalidad acorde con su carácter. No vive dependiente de un hombre al
que tiene que servir de por vida por el simple hecho de firmar un contrato
social, o también llamado “MATRIMONIO”
La lucha que ahora empieza no es por derrocar a los hombres,
siempre existirán. Es derrocar esas ideas absurdas que son diseñadas para
nosotras, las cuales nos castran en oportunidades y derechos. La lucha es entre
las propias mujeres quienes son las que empiezan con la organización de estas
ideas, pues se sienten débiles y menos que un varón. Sino, como creen que empezó,
el tienes que ser tierna, dulce y delicada. Que ser madre es tu propósito único
de vida y que tu marido debe estar POR SOBRE TODAS LAS COSAS.
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