DIVERSIDAD
SEXUAL
(y amorosa)
I
“Diversidad sexual”: Tres usos comunes.
1) Su uso como eufemismo. Como
podemos apreciar el término “diversidad sexual” se está utilizando como
eufemismo, como una palabra menos “altisonante”
para decir “gay”, “lesbiana”, “bisexual”, “transgénero” o de plano “puto”, “joto”,
“marimacha”, “bicicleta”, “vestida” o “loca”. Como estos términos son
considerados por muchos como “vulgares” y por lo tanto, no son “adecuados” para
un discurso público - político, entonces se recurre al menos altisonante
“diversidad sexual”.
2) Su uso como término “sombrilla”.
El término “diversidad sexual” así usado puede servir para “travestir” y
“adecentar” (o subordinar u ocultar) precisamente a quienes resultan más
“inquietantes” para la “moral pública”: los y las llamados transgéneros y
transexuales, al punto de no reconocerse a sí mismos.
3) Su uso para referirse a la “otredad” de la
heterosexualidad. El término
“diversidad
sexual” tal y como está siendo usado, para agrupar a personas y grupos con
identidades no heterosexuales, es un absoluto equívoco tanto lingüístico como
ideológico. Este equívoco lingüístico refleja una posición ideológica
heterosexista, patriarcal.
II
Los discursos dominantes del campo sexual: su visión integrista
ASPECTOS
PRINCIPALES DE LA EXISTENCIA SEXUAL
de
construir “dos sexos” de los cuerpos humanos. Esta creencia y práctica, se
encuentra ligada a ideologías centrales del patriarcado: su visión reproductivista
de la sexualidad y su heterosexismo.
“Intersexualidad”:
personas que nacen con características sexuales cromosómicas, gonadales,
genitales u hormonales que no coinciden con las categorías sexuales binarias de
macho y hembra humanos. Tenemos:
·
El llamado “síndrome de Turner” consiste en que el “par” cromosómico 23, el
relacionado directamente con el sexo, no es un par sino una X. En este caso la
persona tiene un desarrollo gonadal diferente, tienen genitales externos de
hembra, pero no existe un desarrollo de ovarios.
·
El síndrome
de Klinefelter por su parte se caracteriza por tener en lugar del par
cromosómico, un trío cromosómico: XXY. Sus genitales externos son de macho,
pero generalmente diferentes al ideal y se dice “atrofiados”.
·
Hiperplasia
suprarrenal: La/el recién nacido/a tiene genitales
internos de hembra y órganos genitales externos de macho, consiste en personas
que siendo embriones cromosómicamente hembras experimentaron una
“sobreproducción de hormonas machos”.
·
El “testículo
feminizante”, en el ámbito cromosómico se trata de un individuo XY, macho,
pero con órganos genitales externos de hembra, no obstante no tiene ovarios, y
posee menos hormomas macho.
·
“Deficiencia
del esteroide 5-alfa reductasa”, variante sexual que consiste en nacer
con un par XY pero con genitales externos ambiguos, con un escroto que parece labios
mayores y la ausencia de pene o presencia de un pene que parece clítoris y con
testículos que no descienden. Algunos considerados hombres y otras mujeres.
El
binarismo sexual es una construcción cultural.
Una estudiosa del tema, señala que al menos existen 5 sexos
en la especie humana: hembra, macho, el “hermafrodita verdadero” (quien posee
un testículo y un ovario), el “pseudohermafrodita macho” (que tienen testículos
y algunos aspectos de la genitalidad de las hembras, pero no ovarios) y las “pseudohermafroditas
hembras” (quienes tienen ovarios y algunos aspectos de los genitales machos,
pero no tienen testículos)
§
Binarismo
de género; noción de que de los cuerpos machos y
los cuerpos hembras se derivan “naturalmente” disposiciones diferenciadas de sentir,
percibir, pensar y actuar. Son justificadas por las ideologías sexistas al
considerarlas “expresiones” de esa supuesta “naturaleza” corporal distinta
(hormonal, cerebral, genital, gonadal).
Se da a creer en la noción de que las
personas con genitales machos están destinados por la “naturaleza” y al mismo
tiempo “deben” (la paradoja) volverse “masculinos”, esto es “hacerse hombres”,
mientras las personas con genitales hembras están “destinadas” y “deben”
volverse “femeninas”, esto es, “mujeres”.
·
Androcentrismo:
Jerarquiza a las personas, los objetos y los seres del mundo
según sus connotaciones de género, y de colocar como superior a “lo masculino”
·
Misoginia:
(es el reverso del androcentrismo) es el desprecio a lo
considerado culturalmente femenino y a las mujeres. Pero también a los hombres
que no cumplen el ideal social de masculinidad.
§
Binarismo
erótico y el heterosexismo
·
La
heterosexualidad; o “los diferentes son los que han sido definidos como “opuestos” y
“complementarios”, cuyo fin es la reproducción de la especie y la reproducción
social de un modelo de pareja y familia donde el macho masculino- heterosexual
vuelto “padre-esposo” tiene preeminencia de autoridad y privilegios.
·
La
heterosexualidad y erotismo; involucra la marginación y desprecio de
experiencias eróticas, incluso entre varón masculino y mujer femenina: sexo
anal, fellatio, cunilingus, fetichismo, etc. Todo un mundo de posibilidades de
experiencias y relaciones eróticas y amorosas es condenado, prohibido,
desvalorado, patologizado, burlado, reprimido, censurado e incluso, criminalizado.
·
El
heterosexismo y el amor: el amor como un fenómeno de complementariedad
sexual, de género y erótico contribuyen a cimentar el heterosexismo y el
androcentrismo y obstaculizan el avance de la legitimación de las relaciones
amorosas entre personas del mismo sexo.
·
La
invisibilización del amor, a partir del reconocimiento de la intersexualidad, podemos encontrar las siguientes variantes de pareja:
1.
Personas
del mismo sexo y del mismo género
2.
Personas
del mismo sexo y de género diferente
3.
Personas
de sexos diferentes y del mismo género
4.
Personas
de sexos y géneros diferentes
·
Homofobia
y heterosexismo: el binarismo erótico.
El binarismo “heterosexual-homosexual”:
todos, aunque sea en nuestros sueños (o pesadillas según sea
el caso), lapsus, chistes, aficiones e idolatrías (a modelos, deportistas,
políticos, etc.), expresamos la compleja realidad de nuestro deseo, pero
sobretodo revelamos que al menos potencialmente somos más diversos eróticamente
de lo que pretendemos al adscribirnos a determinada identidad erótica. La
“heterosexualidad” y la “homosexualidad” son más bien extremos de un continuo
erótico entre las personas y dentro de las personas.
III
El concepto de diversidad sexual: sus implicaciones transgresivas
Las diversas
formas de existencia sexual involucran varios reconocimientos:
1) Más
allá de la dicotomía macho y hembra, existe una diversidad de sexos, existen los diferentes tipos de intersexualidad.
Estas diversas existencias sexuales son expresiones de una naturaleza sexual
humana y cualquier intento de jerarquizarlas, privilegiando algunas y
deslegitimando otras, es arbitrario.
2) Las
identidades de género son construcciones
sociales que limitan las potencialidades humanas, así mismo generan
inequidades. El integrismo de género y el androcentrismo son formas arbitrarias
de limitar la existencia de las personas y de jerarquizarlas.
3) El
binarismo erótico heterosexual-homosexual forma parte de un dispositivo
heterosexista que jerarquiza los
erotismos, colocando en la cúspide a la práctica y a la identidad
heterosexual, así mismo, es una hechura cultura que pretende negar no sólo la
legitimidad de las diferentes orientaciones sexo-afectivas, sino también la
diversidad erótica en cada individuo.
4) La
sexualización de “los otros
no-heterosexuales” y la negación del fenómeno amoroso más allá de la pareja
heterosexual, actúan como dispositivos homofóbicos de poder para encumbrar la
heterosexualidad y el modelo de familia patriarcal.
En este
escenario, el concepto de diversidad sexual puede jugar un importante papel
desestabilizador del sistema sexista, si se le otorgan cuatro significados
básicos:
1) La
idea de que las personas tienen existencias sexuales, de género y eróticas
diversas.
2) La
idea de que en una sociedad democrática estas realidades sexuales, de género y
eróticas diversas no debe ser ocasión de jerarquías y distinciones sociales de
poder y privilegio.
3) La
idea de que la diversidad no es sólo algo que existe entre las personas, sino
que nos habita, existe dentro de cada persona como realidad o potencialidad
humana
4) La
idea de que la diversidad no sólo es “sexual” en el sentido tradicional y limitado
de la palabra, sino también amorosa.
IV
Ética y diversidad sexual.
El concepto
“diversidad sexual” es un concepto político que cuestiona el orden sexual y de
género dominante y condensa la aspiración de una sociedad que no discrimine y
que garantice el reconocimiento y la equidad para las diferentes variantes de
la existencia sexual, de género y eróticas.
El concepto
de diversidad sexual y amorosa prioriza tres dimensiones de la existencia
sexual: el sexo, el género y el erotismo, porque estos son los elementos
centrales sobre los que se monta el sistema sexista.
·
Problemas
éticos que afronta la diversidad sexual
Lo que concierne a la sexualidad de los y las menores de edad y sus vínculos eróticos con
mayores de edad; el reconocimiento de la sexualidad de los menores,
incluyendo aquí a los bebés y la definición misma de “menor”, la edad en la
cual socialmente se define que las personas adquirimos la capacidad de decidir
con relación a nuestro cuerpo, a nuestra sexualidad y a muchos otros aspectos
de la vida.
Las
prácticas que involucran algún nivel de erotización de la violencia y el dolor.
Es necesario discutir el reconocimiento de la sexualidad en
todas las etapas de la vida humana, educar en sexualidad para el placer con
responsabilidad y autonomía, legislar para proteger y garantizar la no-violencia
en la sexualidad, pero también, para que quienes ya están ejerciendo
activamente su sexualidad, vivan su sexualidad con recursos informativos.
V
La “Diversidad sexual y amorosa” y las otras diversidades sociales.
· Las “lecturas de lotería”: 1) los personajes que emergen de esta “lectura de lotería” son reducidos a un aspecto de su vida a partir del cual se lee la totalidad de su vida, 2) se construye un personaje social a quien se le atribuye una subjetividad homogénea estable y coherente estructurada a partir del elemento de distinción. Esto es, cosificar al sujeto, simplificarlo y fijarlo en el campo social a partir de un eje de distinción y poder.
·
La “lectura
banal”: consiste en banalizar la sexualidad y particularmente la
orientación sexual y la intersexualidad. Esta banalización se expresa como
silencio o como actitud de rechazo evidente.
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