Género y Sexualidad en la Perspectiva
Interseccional
“Nuestros conceptos sobre el sexo, la sexualidad y la identidad están
construidos con muchísimas capas de historia, de geografía, de relaciones
políticas, de relaciones económicas, etc. que no se pueden desligar las unas de
las otras”
Habitualmente la
interseccionalidad se ha entendido como un 'cruce de caminos', una vida
atravesada por múltiples elementos, que podrían ser la clase social, la raza o
el género, que son las tres variables que se han estudiado tradicionalmente en
la teoría interseccional.
Este concepto de
interseccionalidad, que se construye con diferentes términos a lo largo del
tiempo (simultaneidad, ejes de dominación, matriz de ejes superpuestos,
agenciamientos, etc.), demuestra la imbricación de los movimientos sociales con
la academia. No surge sólo desde los movimientos sociales o sólo de la academia
sino gracias a ambos. Ahora tanto los movimientos sociales como la academia,
están señalando que hemos construido maneras de pensar cuadriculadas.
Una imagen que sirve
para explicar esto, es la de un 'espejo
roto'. Imagínate que se rompe un espejo y te miras, lo que tenemos son
imágenes fraccionadas: de pronto la nariz es muy grande porque la tienes muy
cerca, y la oreja es más pequeña y solamente se ve un trozo... Todo el rato
eres tú, pero tu identidad es fragmentaria.
La identidad
Es una ficción que
construimos para entendernos, para ser inteligibles en un entorno determinado,
pero la identidad está construida de consensos sociales, donde en realidad muy
pocas personas saturan totalmente cómo entendemos esa identidad. Convivimos con
la ficción de unas normas hegemónicas que casi nadie cumple en su totalidad.
La 'maraña'
Esta imagen presupone
la complejidad que implica la propia noción de identidad. Rompe la lógica
lineal, y sobre todo, es tridimensional, necesitamos salirnos un poco del
pensamiento binario. (Todo no es blanco o negro).
Las personas, las
relaciones y los problemas sociales pueden entenderse bajo la forma de una
maraña. Nos aporta una mirada poliédrica necesaria para acercarnos a procesos
que no son unívocos, nunca hay una sola razón que constituya un problema.
Las transformaciones
legislativas tienen un impacto positivo, pero que no es el deseado. Si pensamos
en la idea de que el matrimonio homosexual era la demanda que iba a transformar
nuestra realidad totalmente y acabaría con la homofobia; nos damos cuenta que
esa capacidad transformadora, no ha mejorado aspectos concretos, sino que han
generado nuevas fracturas sociales. La demanda de que las parejas del mismo
sexo deben acceder a los mismos derechos es conservadora, lo que es
verdaderamente trasgresor es plantear que tenemos que replantear instituciones como la familia y el
matrimonio.
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