domingo, 27 de abril de 2014

El Pensamiento Heterosexual y otros ensayos.


EL PENSAMIENTO HETEROSEXUAL y otros ensayos


v  LA CATEGORÍA DE SEXO

Masculino / Femenino son categorías que sirven para disimular el hecho de que las diferencias sociales implican siempre un orden económico, político e ideológico.

No hay ningún sexo. Solo hay un sexo que es oprimido y otro que oprime. Es la opresión la que crea el sexo. Lo contrario vendría a decir que es el sexo lo que crea la opresión.
Las mujeres no saben que están totalmente dominadas por los hombres, y cuando lo admiten, “casi no pueden creerlo” y como último recurso ante la realidad desnuda y cruda, rechazan “creer” que los hombres las dominan conscientemente. Por su parte, los hombres saben perfectamente que dominan a las mujeres; y han sido educados para ello.

El pensamiento dominante afirma que existe un “ya ahí”. Este es el pensamiento de los que gobiernan a las mujeres. La dominación nos enseña:

·    Que hay sexos con una diferencia que tiene consecuencias ontológicas (el enfoque metafísico)
·          Hay “sexos” que son “naturalmente”, “biológicamente”, “hormonalmente” o “genéticamente” diferentes y       que esta diferencia tiene consecuencias sociológicas (el enfoque científico)

·      Hay una “división natural del trabajo en la familia” que en su origen no es otra cosa que  la división del trabajo en el acto sexual (el enfoque marxista)

La categoría de sexo establece como “natural” la sociedad heterosexual. 

Esta categoría es el producto de la sociedad heterosexual que impone a las mujeres la obligación absoluta de reproducir “la especie”, reproducir la sociedad heterosexual. (Este argumento es para hacer creer a la mujer que antes de que hubiera sociedad y en todas las sociedades sometidas a la reproducción.)

La categoría de sexo, permite a los hombres apropiarse de la reproducción y la producción de las mujeres. Como ejemplo tenemos el contrato de matrimonio.


Estén en donde estén, hagan lo que hagan; ellas son vistas como sexualmente disponibles para los hombres. Las mujeres son muy visibles como seres sexuales, pero como seres sociales son totalmente invisibles. Sin duda la categoría de sexo apresa firmemente a las mujeres.

v  NO SE NACE MUJER

Simone de Beauvoir: “no se nace mujer, se llega a serlo. No hay ningún destino biológico, psicológico o económico que determine el papel que las mujeres representan en la sociedad: es la civilización como un todo la que produce esa criatura entre macho y eunuco, que se califica como femenina. ”

El matriarcado no es menos heterosexual que el patriarcado: solo cambia el sexo del opresor. Esta concepción no solo sigue asumiendo las categorías del sexo (hombre y mujer), sino que mantienen la idea de que la dar a luz define a la mujer.

Negarse a ser mujer, no significa tener que ser un hombre. Para una mujer, querer ser hombre significa que ha escapado a su programación inicial; implica tener una apariencia de externa de hombre  y una conciencia de hombre.
Una lesbiana debe ser cualquier otra cosa, una no mujer, un no hombre, un producto de la sociedad y no de la “naturaleza”, porque no hay naturaleza en la sociedad. Rechazar convertirse en heterosexual, ha significado siempre negarse a convertirse en una mujer o un hombre. Para una lesbiana esto va más lejos que el mero rechazo del papel de “mujer”. Es el rechazo del poder económico, ideológico y político de un hombre. El lesbianismo ofrece; la única forma social en la cual podemos vivir libremente.
Nos levantamos para luchar por una sociedad sin sexos, ahora nos encontramos presas en la trampa familiar de que  “ser mujer es maravilloso”, lo cual consiste en seleccionar aquellas características del mito que parecen agradables y utilizarlas para definir a las mujeres. Lo que supone no cuestionar radicalmente las categorías de “hombre” y “mujer”. Nuestra lucha más importante y emergente es combatir nuestra propia pasividad.
Las primeras feministas aun creían que la causa de su opresión se encontraba en ellas. Ahora se puede decir que nuestra lucha intenta desaparecer a los hombres como clase, no con un genocidio, sino como una lucha política. Cuando la clase de los “hombres” haya desaparecido, las mujeres como clase desaparecerán también, porque no habrá esclavos sin amos. Nuestra primera tarea es distinguir cuidadosamente entre las “mujeres” y “la mujer”, el mito. Porque la “mujer” no existe para nosotras: es solo una formación imaginaria, mientras que las “mujeres” son e producto de una relación social. Nuestra supervivencia solo puede lograrse por medio de la destrucción de la heterosexualidad como un sistema social basado en la opresión de las mujeres por los hombres.


v  EL PENSAMIENTO HETEROSEXUAL
La heterosexualidad, es la relación obligatoria social entre “el hombre” y “la mujer”. Tiene como función poetizar el carácter obligatorio del “tú serás heterosexual o no serás nada”.asi el lesbianismo, la homosexualidad y las sociedades que podemos crear no pueden ser pensadas o enunciadas, aunque siempre hayan existido.


v  PROPÓSITO DEL CONTRATO SOCIAL

El primer contrato social permanente definitivo es el lenguaje. Porque el primer acuerdo entre los seres humanos, lo que hace de ellos seres humanos y seres sociales es el lenguaje.
El  “contrato social” es una noción de filosofía política, la idea abstracta de que hay un pacto, un convenio, un acuerdo entre los individuos y el orden social. (mucho antes que el “contrato social” apareciera, los filósofos ya habían fijado su atención en la composición de la sociedad.)

Según Rousseau, el contrato social es la suma de una serie de convenciones fundamentales que “aunque nunca han sido enunciadas formalmente, están sin embargo implícitas en el hecho de vivir en sociedad.” Es la existencia real y presente del contrato social: sea cual sea su origen, existe aquí y ahora y, como tal, es susceptible de ser comprendido y de que actuemos sobre él.

El contrato social se basara en nuestra acción y en nuestras palabras. El cuerpo del contrato social, consiste en vivir en heterosexualidad. ¿Qué es entonces la heterosexualidad? Como palabra, no existía antes de que se hablara  de homosexualidad a comienzos del siglo XX. Es concebida como institución de la que no se habla, hay un presupuesto, un “estar ya ahí” de dos grupos: hombres (seres sociales) y mujeres (seres naturales). Las mujeres según Levi Strauss son objetos de valor que hacen la vida digna de ser vivida. Las mujeres solo pueden entrar en el contrato social(es decir uno nuevo) escapando de la clase, incluso si tienen que hacerlo como esclavas fugitivas, una por una. Ya lo estamos haciendo. Las lesbianas somos desertoras, esclavas fugitivas.






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