miércoles, 22 de mayo de 2013


COMENTARIO

El amor es el sentimiento que prevalece en toda relación, o por lo menos esa es la idea. Toda pareja se hace promesas de respeto, confianza y porque no de igualdad. Pero ¿esto se da realmente? Como vamos viendo, las parejas de ahora, y no me refiero a simples enamorados, sino a los que poseen compromisos serios como noviazgo o matrimonio, tienen ciertas características, y más en los hombres, que resaltan la desestabilización de la pareja.

Desde épocas atrás, siempre se ha sabido dar la determinación entre el rol del varón y la mujer en torno a la relación sentimental. El hombre por su misma situación de ser el ´´macho´´ tiende a creer que su palabra es la única con razón; mientras que la mujer por su situación de ´´maternal´´ solo calla y se somete a lo que el hombre decide, propone y establece.

A lo que trato de llegar es que, los micromachismos son pan de cada día. Pasan de manera tan desapercibida ante la vista femenina, que cuando por fin se ´´ cae la venda de los ojos´´ es muy tarde, pues el hombre cree que la mujer es su posesión, más que su complemento ideal.

Los micromachismos son microabusos y microviolencias que procuran que el varón mantenga su propia posición de género creando una red que atrapa a la mujer, atentando contra su autonomía personal. Su objetivo es anular a la mujer como sujeto, forzándola a una mayor disponibilidad e imponiéndole una identidad "al servicio del varón".

Si bien es cierto existen excepciones de varones que luchan contra estos micromachismo, pero aun la gran mayoría sigue en este error permanente. Hombre que ama aun mujer no la somete, la protege, por ello dejemos atrás las tradiciones patriarcales donde hacen ver a la pareja (mujer) como una segunda madre, démonos nosotras mismas nuestro lugar y hagamos un pare radical a cualquier tipo de dominación varonil.

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