COMENTARIO
El hombre es acusado de ser
violento, pero ¿de dónde nace toda esta violencia proyectada hacia su familia? ¿Acaso
esto es un tipo de ‘’circulo vicioso’’ que lo único que hace es destruir
hogares? Y en efecto lo es. El adiestrar a niños para que sean los
violentadores del mañana, es un circulo vicioso social que no tiene pare y
lastimosamente se dan en el hogar de cada miembro que hoy llamamos sociedad.
Todos los miembros de familia
intervienen en la formación de la AUTORIDAD del mañana, claro que el que lleva
el protagonismo y las riendas de dicha instrucción es el padre; ya que las
hermanas y madre son utilizadas como una ‘’practica’’ de lo que el niño
afrontará con su familia propia.
Definir al padre, en su rol de
maestro de masculinidad no es tan difícil. Simple: jefe – dominante –
manipulador – ve a la mujer como su posesión – da órdenes. El niño al ver este
entorno en su hogar, pues creerá que sucede en todos los hogares, que es
normal, cotidiano. Y teniendo esta idea errónea, se formara en base de
micromachismos, valores absurdos (donde el más favorecido es el hombre) y sobre
todo; creerá que cuando algo no sigue esa línea protocolar a la que estuvo adherido
durante años, recurrirá a la violencia.
Pero como toda AUTORIDAD tiene
sus momentos de dominio; también posee sus momentos de derrota; y es a lo que
se llama ‘’ el riesgo fatal’’. El riesgo fatal se manifiesta cuando el hombre
siente que el PODER que tiene sobre su familia o su pareja decae. Al perder esa
figura de ‘’superior’’ se sumerge en todo un dilema en cómo recuperarlo, pues
al no tener el CONTROL se siente al abismo de la muerte o de un laberinto sin
salida, pues lo único que poseía para ser FELIZ está a punto de ser perdido, lo
cual también significaría su fracaso como hombre.
El dominio, el control y la
violencia. ¿Qué sería de nuestras vidas
sin estos tres aspectos? Apostaría que mucho más calmada y cordial. Cada uno tendría
el lugar que se merece como persona, compañero, hombre y mujer. Ya no se vería
tanta crueldad del que hoy somos participes y hasta cómplices. ¿Por qué cómplices?
Porque vemos todo esto y simplemente callamos, tal vez porque no recibimos
apoyo de nuestras autoridades, tal vez porque las leyes no nos amparan lo suficiente
o tal vez porque todos nos hemos adecuado a este sistema, donde la violencia
repercute en nuestras vidas y lamentablemente forma parte de ella.

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