MICROMACHISMOS:
·
PODER Y
GÉNERO
En las relaciones de mujeres y varones no se juegan sólo
diferencias sino sobre todo desigualdades
El poder es algo que se ejerce, que se visualiza en las
interacciones; "poder" tiene dos acepciones popularmente utilizadas:
Ø El poder personal de existir, decidir y autoafirmarse. Es el
poder autoafirmativo. Este poder requiere para su ejercicio una legitimidad
social que lo autorice.
Ø La capacidad y la posibilidad de control y dominio sobre la
vida o los hechos de los otros, básicamente para lograr obediencia. Es el poder
de dominio. Es el de quien ejerce la autoridad.
La desigual distribución del ejercicio del poder de dominio
conduce a la asimetría relacional. La posición de género (femenino o masculino)
es uno de los ejes cruciales por donde discurren estas desigualdades de poder,
y la familia/pareja, uno de los ámbitos en que se manifiesta.
Los varones ejercen poder de control y dominio sobre ellas
quienes quedan en lugar subordinado. La ecuación "protección a cambio de
obediencia", clave del contrato de pareja tradicional refleja un
importante aspecto de esta situación y demuestra la concepción del dominio
masculino en la pareja.
Este poder de dominio masculino, arraigado como idea y como
práctica en nuestra cultura se mantiene y se perpetúa, entre otras razones por:
·
La división sexual del
trabajo, que aún adjudica a la mujer el espacio doméstico
·
su inscripción axiomática en
las mentes de mujeres y varones.
·
La falta de recursos de las
mujeres y la deslegitimación social de su derecho a ejercer el poder
autoafirmativo.
Suele decirse que también todas las mujeres en su modo de
ser tradicional también ejercen poder, sobre todo los llamados "poderes
ocultos": el poder de los afectos y el cuidado erótico y maternal? Pero, ¿son
éstos reales poderes de dominio? No, simplemente pseudopoderes: esfuerzos de
influencia sobre el poder masculino
Este tipo de pseudopoder es característico de los grupos
subordinados, centrados en 'manejar" a sus superiores. Como en ellos, la
mayoría de las mujeres se hacen expertas en leer las necesidades y en
satisfacer los requerimientos del varón, logrando ser valorada por su
eficiencia y exigiendo algunas ventajas a cambio. Sus necesidades y reclamos no
pueden expresarse directamente, y por ello se hacen por vías 'ocultas",
básicamente las quejas y reproches
Las situaciones de poder y desigualdad suelen ser
invisibilizadas en las relaciones de pareja.
LOS MICROMACHISMOS
Los micromachismos son
prácticas de dominación y violencia masculina en la vida cotidiana ("micro
lo casi imperceptible, lo que está en los límites de la evidencia) ("machismo"
connotación negativa de los comportamientos de inferiorización hacia la mujer).
Los micromachismos comprenden un amplio abanico de maniobras
interpersonales; en la pareja se manifiestan como formas de presión de baja
intensidad más o menos sutil.
Los micromachismos son microabusos y microviolencias que
procuran que el varón mantenga su propia posición de género creando una red que
atrapa a la mujer, atentando contra su autonomía personal.
Su objetivo es anular a la mujer como sujeto, forzándola a
una mayor disponibilidad e imponiéndole una identidad "al servicio del
varón".
Mantener bajo dominio a la mujer permite también mantener
controlados diversos sentimientos que la mujer provoca, tales como temor,
envidia, agresión o dependencia. Dos mecanismos psicológicos favorecen el
sostenimiento de estas prácticas:
Ø la objetificación (la creencia de que solo algunos varones tienen
status de persona y que las mujeres como
"menos" persona, se les niega el reconocimiento y justifica el propio
accionar abusivo
Ø la identificación
proyectiva (invadiendo el espacio mental ajeno)
Los micromachismos pueden no parecer muy dañinos, incluso
pueden resultar normales o intrascendentes en las interacciones, pero su poder,
devastador a veces, se ejerce por la reiteración a través del tiempo.
Su ejecución brinda "ventajas", algunas a corto y
otras a largo plazo para los varones, pero ejercen efectos dañinos en las
mujeres, las relaciones familiares y ellos mismos, en tanto quedan atrapados en
modos de relación que convierten a la mujer en adversaria.
Los micromachismos son innumerables, a veces son
considerados comportamientos normales y se realizan en categorías. Dichas
categorías son:
MICROMACHISMOS COERCITIVOS
En estos micromachismos, el varón usa la fuerza (para intentar
doblegar a la mujer, limitar su libertad y expoliar el pensamiento, el tiempo o
el espacio, y restringir su capacidad de decisión), algunas de los micromachismos
y sus características:
§ Intimidación
Este es un micromachismos que está en el límite entre la
violencia psicológica y los micromachismos propiamente dichos. Maniobra
atemorizante que se ejerce cuando el varón ya tiene fama de abusivo o agresivo.
Da indicios de que si no se le obedece, 'algo" podrá pasar.
§ Control del dinero
Basado en la creencia que el dinero es patrimonio masculino.
§ No participación en lo doméstico
Basada en la creencia que lo doméstico es femenino y lo
público masculino Es una práctica de sobrecarga por omisión, que el varón
justifica apelando a su rol de "proveedor" al que no se puede agobiar
más de lo que soporta en su trabajo.
§ Uso expansivo-abusivo del espacio físico y del
tiempo para sí
Este grupo de micromachismos se apoyan en la idea de que el
espacio y el tiempo son posesión masculina, y que por tanto la mujer tiene poco
derecho a ellos. Por tanto su apoderamiento es natural y no se piensa en la
negociación de espacios y ni de tareas comunes que llevan tiempo. Y en cuanto
al tiempo: el varón crea tiempo de descanso o diversión a costa de la
sobrecarga laboral de la mujer, evita donar tiempo para otros, o define como
"impostergables" cierta actividades que en realidad no lo son.
"ganar por cansancio", este micromachismos consiste
en obtener lo que se quiere por insistencia inagotable, la mujer al final
acepta lo impuesto a cambio de un poco de paz.
§ Imposición de intimidad
Consiste en una acción unidireccional de acercamiento cuando
el varón desea, típico ejemplo de esto es la seducción forzada cuando él quiere
sexo.
§ Apelación a la "superioridad" de la
"lógica" varonil
En este grupo se recurre a la "razón" (varonil)
para imponer ideas, conductas o elecciones desfavorables a la mujer. Utilizada
por varones que suponen que tienen la 'única" razón obligan a que ella
tenga muy en claro su propia posición si no quiere someterse. Provoca intenso
agobio.
§ Toma o abandono repentinos del mando de la
situación
Estas son maniobras sorpresivas de decidir sin consultar las
decisiones de la mujer.
MICROMACHISMOS ENCUBIERTOS
Estos micromachismos son los que atentan de modo más eficaz
contra la simetría relacional y la autonomía femenina, en ellos, el varón
oculta (y a veces se oculta) su objetivo de dominio y forzamiento de
disponibilidad de la mujer. En algunas de estas maniobras su ejercicio es tan
sutil que pasan especialmente desapercibidas, razón por la que son muy
efectivas. Utilizan, el afecto y la inducción de actitudes para disminuir el
pensamiento y la acción eficaz de la mujer, llevándola a hacer lo que no quiere
y conduciéndola en la dirección elegida por el varón. Por no ser evidentes, no
se perciben en el momento, pero se sienten sus efectos coaccionantes, por lo
que conducen habitualmente a una reacción retardada (y "exagerada"
dicen los varones) por parte de la mujer. De ellos he podido detectar hasta
ahora los siguientes grupos.
§ Abuso de la capacidad femenina de cuidado
Este es el grupo de micromachismos probablemente más avalado
y silenciado por la cultura. Por ellos el varón utiliza y explota la capacidad
de las mujeres de cuidado hacia otras personas. Las obligan a un sobreesfuezo
físico y emocional que les resta autonomía vital. Algunas mujeres, conocedoras
de este grupo de micromachismos lo llaman "vampirismo", es decir un
comportamiento de extracción y vaciamiento de energía vital que el varón
aprovecha para sí. Entre estos micromachismos tenemos:
·
Maternalización
de la mujer. La inducción a que la
mujer sea como una madre tradicionall, manipularla para que sea el
"complemento" del varón.
·
Delegación
del trabajo de cuidado de los vínculos y las personas. Se impone aquí de diversos modos que la mujer crea que es
la encargada de cuidar la vitalidad de la pareja, el desarrollo de la cría y de
los vínculos con la familia. Limitan la autonomía de la mujer.
·
Requerimientos
abusivos solapados: son pedidos "mudos",
que apelan a activar automáticamente los aspectos "cuidadores" del
rol femenino tradicional y hacer que la mujer cumpla ese pedido sin percatarse
que lo está haciendo por coacción.
§ Creación de falta de intimidad
Suele decirse que los varones tienen dificultades para la
intimidad. Los micromachismos de este grupo, que son maniobras activas de
alejamiento, que impiden la conexión y evitan el riesgo de perder poder y
quedar a merced de la mujer, más experta habitualmente en el manejo de las
relaciones de cercanía.
Predomina el deseo masculino de ocuparse sobre todo de sí
mismo, y quedan coartados los deseos femeninos de relación. Estas maniobras
transmiten el mensaje que para el varón lo importante es él, y el vínculo y la
conexión son secundarios. Aquí podemos considerar diferentes grupos:
·
Silencio. La renuencia a hablar o hablar de sí es una actitud
habitual en los varones. Recientemente se vuelve problemática al ponerse en
entredicho la autoridad masculina y las mujeres exigir conexión. Permanecer en
silencio no es sólo no poder hablar, sino no sentirse obligado a hablar ni a
dar explicaciones, se tiene así una autoridad silenciosa
· Aislamiento y
puesta de límites. Estos micromachismos
imponen las reglas de vinculación. El aislamiento puede ser físico. Si esta
falla, la puesta de límites a veces con enojo ante cualquier pedido de
información o de conexión puede ser útil. Si esto también falla, el enunciado
de frases defensivas, tiene un eficaz efecto paralizante de la
"invasión" femenina.
· Avaricia de
reconocimiento y disponibilidad. Estas
son maniobras múltiples de retaceo de reconocimiento hacia la mujer como
persona y de sus necesidades y derechos.
Se retacea también el apoyo y el cuidado. Conducen al hambre de afecto.
·
Inclusión
invasiva de terceros. Con esta maniobra se hace
dejar de existir los espacios de intimidad.
§ Seudointimidad
En este grupo de micromachismos el varón dialoga, pero
manipulando el diálogo, de modo de favorecer el control y el ocultamiento.
· Comunicación
defensiva-ofensiva. Se habla para imponer y
convencer. Para imponer las propias razones, y no apertura negociación.
· Engaños y
mentiras. El varón oculta u omite
información para desfigurar la realidad y seguir aprovechando ventajas que si
fuera sincero perdería.
§ Desautorización
Basadas en la creencia que el varón tiene el monopolio de la
razón. Presuponen el derecho a menospreciar. Conducen a inferiorizar a la mujer
a través de un sinnúmero de desvalorizaciones.
·
Descalificaciones. Suponen el derecho a valorar negativamente las actitudes de
la mujer.
·
Negación de
lo positivo. No se reconoce a la mujer
sus cualidades ni los aportes positivos.
·
Colusión con
terceros. Aquí, el varón intenta
establecer alianzas con las personas con los que la mujer tiene vínculos
afectivos, con el objetivo de desautorizarla y dejarla sola y a su merced.
·
Terrorismo misógino. comentarios descalificadores repentinos y sorpresivos, tipo
'bomba", realizados en el ámbito público, que dejan indefensa a la mujer.
§ Paternalismo
Se enmascara la posesividad y a veces el autoritarismo del
varón. Se detecta sobre todo cuando ella se opone al aniñamiento, y él no puede
tolerar que ella sea autónoma y no controlarla.
§ Manipulación emocional
Grupo de micromachismos donde el varón utiliza el afecto como
instrumento para lograr el control de la relación. Se emiten mensajes que se
aprovechan de la confianza y la afectividad de la mujer para promover en ella inseguridad
y dependencia.
·
Culpabilización-Inocentización.
Presenta dos caras. Por una, se hace sentir a la mujer en falta
de los modos más variados. Por la otra , el varón nunca se siente responsable
de nada, es inocente en cuanto a la producción de disfunciones en lo cotidiano
·
Dobles
mensajes afectivos: el varón emite mensajes de
afecto con un fin manipulativo oculto y que dejan a la mujer sin posibilidad de
reacción: si los acepta, es manipulada, si no los acepta es culpabilizada. Tenemos
aquí a la seducción manipulativa (la elección forzosa).
·
Enfurruñamiento: Acusación culposa frente a acciones que no le gustan al
varón, pero a las cuales no se puede oponer con argumentos racionales.
§ Autoindulgencia y autojustificación
Procuran bloquear la respuesta de la mujer ante acciones e
inacciones del varón que la desfavorecen puesto que al no hacerlas él, la
obligan a hacerlas a ella.
·
Hacerse el
tonto. El varón elude responsabilizarse por sus actitudes injustas.
·
Impericias y
olvidos selectivos. Esta maniobra consiste en
evitar responsabilidades (e imponérselas a la mujer) a partir de declararse
inexperto para determinadas tareas (ocultando su nula predisposición para el
aprendizaje). Los olvidos selectivos, aquellos que no son producto de la
desmemoria.
·
Comparaciones
ventajosas. El varón intenta acallar
los reclamos de la mujer apelando a que hay varones peores que él.
·
Seudoimplicación
doméstica. El varón actúa sólo como
"ayudante" de la mujer, sobrecargándola y asumiendo además las tareas
menos engorrosas.
MICROMACHISMOS DE CRISIS
Estos micromachismos suelen utilizarse en momentos de
desequilibrio en el estable disbalance de poder en las relaciones. El varón, al
sentirse perjudicado, puede utilizar específicamente estas maniobras o utilizar
las descriptas anteriormente, aumentando su cantidad o su intensidad con el fin
de restablecer el statu quo.
§ Hipercontrol
Este micromachismos consiste en aumentar el control sobre
las actividades, frente al temor que el aumento real o relativo de poder de
ella pueda dejarlo a él en un segundo lugar e inferiorizado.
§ Seudoapoyo
Apoyos que se enuncian sin ir acompañados de acciones
cooperativas.
§ Resistencia pasiva y distanciamiento
Este micromachismos consiste en utilizar diversas formas de
oposición pasiva y abandono: distanciamiento, amenazas de abandono o abandono
real (refugiándose en el trabajo o en otra mujer "más comprensiva"),
etc.
§ Rehuir la crítica y la negociación
Con este micromachismos se intenta acallar los reclamos de
la mujer respecto a las actitudes dominantes del varón y evitar el cambio
sosteniendo que él no lo deseó. Se acompañan generalmente de culpabilización
hacia el cambio femenino.
§ Promesas y hacer méritos
Maniobras en las que frente a reclamos de la mujer el varón
realiza modificaciones puntuales que implican ceder posiciones provisoriamente
por conveniencia. Estos cambios suelen dejar de realizarse cuando la mujer deja
de enfadarse y acepta darle "otra oportunidad´´.
Por este micromachismos el varón se declara víctima inocente
de los cambios y "locuras" de la mujer, con culpabilización
acompañante para intentar doblegarla.
§ Dar lástima
Cuando el varón realiza este micromachismos procura que se
apenen de él para lograr que la mujer ceda. El varón exhibe su invalidez para
el autocuidado.
EFECTOS DE LOS MICROMACHISMOS
La efectividad de todas estas maniobras, junto a la falta de
autoafirmación de la mujer, forman una explosiva mezcla con enormes efectos
negativos para:
· Un agotamiento de sus reservas emocionales y de la energía
para sí.
· Un deterioro de su autoestima, con aumento de la
desmoralización, aumento de la inseguridad y disminución de la capacidad de pensar;
disminución de su poder personal y parálisis del desarrollo personal.
· Irritabilidad crónica y un hartazgo de la relación.
§ En los
varones los efectos de su ejecución de los micromachismos suelen ser:
· Un aumento o conservación de su posición superior y de
dominio; una afirmación de su identidad masculina
· Un aislamiento receloso creciente, ya que el dominio no
asegura el afecto femenino, sólo obediencia, y sólo puede generar aumento del
control o aumento de la desconfianza.
§
Finalmente,
los micromachismos producen en el vínculo:
· El encarrilamiento de la relación en dirección a los
intereses del varón, favorecido esto por el mandato cultural hacia las mujeres
de que acepten al varón como es.
· Etiquetamiento de la mujer como "la culpable" del
deterioro del vínculo, cuando ella desea un cambio y él se niega a moverse
hacia la igualdad. Ella, por mandato de género tiende a autoculparse y él, queda
como inocente.
· Guerra fría, transformación de la pareja en adversarios
convivientes, y empobrecimiento de la relación, creándose el terreno favorable
para otras violencias y abusos.
Sería un error deducir de todo lo que hemos descrito es un
juicio descalificador y una atribución de "maldad" hacia todos los
varones. Lo que sí muestran estas líneas con claridad es una crítica a un
modelo masculino tradicional que se basa en creer que el varón es superior y
que provoca daño a las mujeres.


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