COMENTARIO
En nuestra sociedad laboral, siempre
se ha sabido dar preferencia al hombre antes que la mujer. Pues se considera
que estos son muchos más fuertes y eficientes en su trabajo mientras que las
mujeres, como sexo débil, su trabajo perfecto seria el hogar, crianza de hijos
y el atender al varón. Este breve concepto puede sonarnos a estereotipo, y en
parte lo es; pero la finalidad con la que es mostrado este ejemplo, es para
darnos cuenta cuanta importancia se tiene a la desigualdad de género en el día
de hoy.
En primer lugar debemos saber: ¿Qué es el
género?; pues el género es una construcción simbólica y contiene el
conjunto de atributos asignados a las personas a partir del sexo. Se trata de
características biológicas, físicas, económicas, sociales, psicológicas,
eróticas, jurídicas, políticas y culturales.
A partir de este concepto, se
puede hablar de una percepción de género, el cual reconoce la diversidad de
géneros y la existencia de las mujeres y los hombres, como un principio
esencial en la construcción de una humanidad diversa y democrática.
Pero, a pesar de ello, la mujer
sigue en su lucha constante para enfrentar la opresión, mejorar sus
condiciones de vida, ocuparse de sí misma y convertirse por esa vía en protagonista
de su vida; debido a que pocos se familiarizan con su causa o simplemente no la
consideran de importancia para el desenvolvimiento de una sociedad sana y fructífera.
Son muchos los tabús para la
mujer. Pero a pesar de eso, la perspectiva de género avanza, se difunde, se
expande; y en eso debemos contribuir los miembros de la sociedad en su
totalidad. No buscamos una revolución de géneros, solo buscamos dar a cada
quien su lugar, no solo dependiendo de la masculinidad o feminidad, sino de sus
capacidades y habilidades demostradas.

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